«Podemitas», socialdemócratas y «herrizales»
De entrada, confieso que no sé si podemitas es del todo correcto. Se supone que el sufijo «-ista», cuando se refiere a los partidarios de una doctrina, sistema, escuela o movimiento, sugeriría podemistas. Incluso, si diésemos con algún contertulio cabroncete de esos medios donde los dirigentes de Podemos aparecen de manera omnipresente, incidiría en el origen griego del sufijo, aunque el nombre de Alexis Tsipras no termine en «ista» ni tampoco sea socialista. A decir verdad, ni comunistas ni socialistas son tampoco los de Podemos, a tenor de lo sentenciado por Pablo Iglesias, que se autoproclama socialdemócrata, patriota español y plurinacional. Obligado a resituarse, el líder de la formación morada, olvidándose de la transversalidad, embute un viejo término (socialdemócrata) con un doble objetivo: birlarle la cartera al PSOE y dejar muy claro que Unidos Podemos no es una coalición de comunistas. Considerando que Podemos se fundó en enero de 2014 y que nace vinculado al 15M y a la izquierda anticapitalista, este desvío se me antoja que es tacticismo de toda la vida. O sea que ya no se busca un discurso transversal (asamblea ciudadana de Vista Alegre) para afianzarse entre IU y el PSOE, ahora toca, cara al 26J, un lema cursilón («la sonrisa de un país») y los latidos de un corazoncito a kolorintxus.
Por mucho que el Sr. Iglesias se empeñe en redescubrirnos la socialdemocracia y dulcificar su papel, ésta clona demasiadas veces las políticas de la derecha, rehuye el conflicto social, idealiza la «estabilidad» y se aleja de los sindicatos y los movimientos sociales. El distingo que enuncia el líder de Podemos, atribuyéndose «la buena y nueva» socialdemocracia para él y encasquetándole la mala al PSOE, por estos lares no cuela. No sé cómo se estarán tomando «el intrusismo» podemita los socialdemócratas humanistas del PNV, por no hablar de los de EA, o los declarados partidarios de esta ideología que han encontrado acomodo en su regazo desde hace décadas –sea por evolución o por devoción– y que abundan en todo el espectro político vasco.
Mi opinión personal es que un teórico gobierno de tintes socialdemócratas (Unidos-Podemos más el PSOE) no cambiaría nada relevante y, cuando esto ocurre, la «democracia» se formaliza ya que da igual quién gobierne si ciertos intereses y mugas son intocables. Si las políticas económicas van a ser continuistas (o mejor, no rupturistas), no modificarán el statu quo dominante, aunque haya ajustes sociales paliativos y por mucho que se celen embutidas en un catálogo de Ikea (empresa denunciada por la mayoría sindical vasca por sus tasas de eventualidad superiores al 30% y salarios por debajo de los 600 euros en más del 40% de la plantilla). Un nuevo estilo de gestión (managerial style) no es suficiente ni para frenar los populismos de derecha ni para romper las dinámicas neoliberales.
Por lo que a nosotros respecta, sí que es clarificador el planteamiento de Podemos sobre la indivisibilidad de la caja única de la Seguridad Social, su definición «herrizale» con abstención incluida en un tema cardinal como es el derecho a decidir, o el patrioterismo trasnochado español del que hacen gala sus dirigentes «nacionales».
En fin, y por darle una nota desenfadada a este escrito, diré que es mosqueante también que en ese espacio ideado por Ana Rosa Quintana de niños, para tranquilizar y contentar a la audiencia, Pablo se mostrase partidario de mantener la tauromaquia, aunque no le gusten los toros (sic), y a favor de los actos religiosos de la Semana Santa. Si conviniésemos que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, igual EITB (muy baja en cuotas de audiencia) tendría que organizar un programa televisivo con políticos achispados para que sepamos qué es lo que realmente piensan. No sé tampoco qué cavilarán muchos de los camaradas de la ORT, el EMK o los de la LKI que anidan en la coalición (además de los de Ezker Anitza), de la exaltación taurina de Iglesias y de los costaleros de Podemos en la procesión (en Cádiz, hasta el alcalde). Me voy a tener que leer el manual de “100 motivos para ser del… ¿Sevilla o del Betis?” Que conste: no ha sido mi intención cebarme con Podemos. Sí que me enervan los mensajes oportunistas y cargados de autosuficiencia que menosprecian y orillan la ingente aportación de gentes de izquierda de este país desde hace décadas. Nemo praesúmitur malus nisi probetur. Nadie puede ser considerado culpable, si no se prueba que lo es. Posiblemente, el 26 de junio, miles de personas elegirán esta opción convencidos de su utilidad, Euskal Herrian beste edonon bezainbat edo gehiago egiten dugu barre eta gure bihotzak aparteko indarrez egiten ditu taupadak.

El exalcalde de Hondarribia fichó por una empresa ligada a Zaldunborda

«Tienen más poder algunos mandos de la Ertzaintza que el propio Departamento»

GARA es segundo en Gipuzkoa y NAIZ sigue creciendo con fuerza

«Goonietarrak», 40 urte: bihotzeko ganbaran gordetako altxorra
