Iñaki TELLERIA
GRUPO F

Siiiiiiiiiii... grita Cristiano y logra clasificar a los suyos

Portugal entra en octavos como tercera tras remontar tres veces a Hungría.

HUNGRÍA 3

PORTUGAL 3


Tiene que ser jodido que con un currículum que dice que eres uno de los mejores futbolistas de la historia –ayer mismo se convirtió en el jugador que más partidos ha jugado en Eurocopas (17) y el primero en marcar en cuatro de ellas–, buena parte de los aficionados te recuerden constantemente que Messi es mejor que tú o que, para Ronaldo, mejor “el gordito”, el brasileño.

Es la eterna contradicción en la que vive este jugador, excepcional como futbolista e insoportable como persona. Ayer volvió a dar ejemplo de ello. Como deportista, con dos goles soberbios –una delicada y certera espuela y un excelente cabezazo– clasificó para octavos a la selección de Portugal; como persona, unas horas antes de su gesta deportiva cogió el micrófono de un periodista de la cadena de televisión Correio da Manha TV que le preguntó por su estado de ánimo previo al partido y se lo tiró a un lago cercano. Son los caprichos de un atleta mayúsculo que actúa como un niño mal criado, acostumbrado a que todo el mundo, ya sea en Madrid o en Portugal, le adule. Con ello ha conseguido ser tanto o más odiado que admirado.

El partido más entretenido

Si nos ceñimos a lo deportivo, Hungría y Portugal –hasta que a falta de 20 minutos para el final se dieron cuenta de que más les valía aguantar el empate que arriesgarse– nos ofrecieron el partido más divertido de cuantos se han jugado hasta ahora en la Eurocopa. Son dos equipos muy similares, con jugadores que tratan bien el balón y que tienen pegada, además cuentan con sendas defensas que, como una ruleta rusa, permiten que en cualquier momento salte la sorpresa, lo que hace que todo sea más entretenido, siempre que quien la pifie no sea tu equipo.

La posesión de la pelota fue favorable a Portugal (58% frente a 42%) pero la falta de consistencia que tiene atrás y la obsesión de sus centrocampistas por buscar a Ronaldo dio muchas facilidades a Hungría, que siempre se adelantaba en el marcador. Así, el equipo que entrena el alemán Bern Stock, integrado por futbolistas con mucho oficio y siempre bien ordenados, obligó a Portugal a jugar todo el tiempo a remolque en el marcador.

Hungría estuvo acompañada por la suerte puesto que dos de sus tres goles fueros disparos que al rebotar en defensas hicieron imposibles las estiradas de Rui Patricio, en tanto que Portugal marcó tres extraordinarias dianas, dos de Ronaldo y la primera de Nani, que pudieron ser más de no mediar el trabajo del portero Kiraly y su chándal de albañil, aunque como el dice, «yo soy portero, no modelo».