Raimundo Fitero
DE REOJO

Té tóxico

Esto está resultando un auténtico espectáculo de idiotas en estado de cocción alternativa. Brexit. Se van. Los Ingleses se desgajan del tinglado europeo tras un referéndum convocado por los conservadores para apagar algunos fuegos internos y resulta que la desconexión la deberán gestionar otros, porque Cameron ha dimitido. Ha asumido su irresponsabilidad política y se va a pasear por las costas mediterráneas. Mientras, se deberá tomar más de una taza de té tóxico.

Lo que es bastante incomprensible es que nadie hubiera calculado esta posibilidad de que ganase la opción de salirse del marco europeo. Bajan las bolsas, los presidentes de gobierno hacen declaraciones grandilocuentes, los medios de comunicación levantan su programación porque están asustados, porque no habían calculado que democráticamente los británicos votaran irse. ¿Habrá efecto contagio? ¿Es el principio del fin?

En primera impresión, son los efectos colaterales los que más llaman la atención. Los escoceses piden un nuevo referéndum en Escocia porque se sienten engañados. Los presionaron para quedarse porque de lo contrario salían de Europa y ahora se salen los ingleses y ellos han votado mayoritariamente quedarse. Los visados, los trabajadores y hasta problemas con el fútbol o con futbolistas. Nos avisan de una crisis económica de magnitudes incalculables en estos momentos. Mirando con detalle los resultados de esta consulta se nota claramente las diferencias por zonas, países, zonas rurales y capitales. Londres es la capital del mundo y ha votado mayoritariamente quedarse.

En la campiña inglesa quieren irse, consideran al sur de Europa subdesarrollado, un lugar de vacaciones donde pueden comprarse casas. ¿Está todo dicho o se puede rectificar? Un cataclismo europeo. ¿Influirá en el voto de mañana?