Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Urduña revocará los honores que se concedieron a destacados franquistas

El Pleno de Urduña refrendará hoy una declaración institucional, promovida por EH Bildu y PNV, en la que se acuerda la revocación de acuerdos municipales en los que se concedió medallas y honores a Franco y a otras personas e instituciones del régimen fascista.

En un pleno extraordinario que se celebrará hoy a la mañana, la Corporación municipal urduñarra debatirá y aprobará por unanimidad una declaración institucional que da un paso más en su compromiso con la memoria histórica. EH Bildu y PNV presentan una iniciativa que busca terminar con la exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, la guerra y la represión desatada por los fascistas desde 1936.

La propuesta sigue las recomendaciones emitidas en octubre de 2012 por una comisión técnica designada por el Ejecutivo de Lakua para estudiar cómo retirar simbología franquistas en la CAV, en las que se recomienda revocar todos los acuerdos de concesión de medallas de oro, nombramientos como hijos adoptivos o predilectos, y de similares actos de homenaje, a todos los personajes vinculados a la dictadura.

En esta línea, la Alcaldía solicitó a Joseba Egiguren, del Departamento de Memoria Histórica del Consistorio, que buscara en el archivo municipal los acuerdos de esta naturaleza que pudieran existir, ya que se desconocía hasta la fecha de su existencia. Hasta trece pronunciamientos oficiales han sido hallados por el historiador, desde agosto de 1942 hasta febrero de 1972, que son los que hoy se acordará revocar y dejar sin efecto.

El Ayuntamiento decidirá quitar la primera y única medalla de diamantes que otorgó la ciudad, que fue para Francisco Franco, por un acuerdo plenario del 2 de mayo de 1961. Años después, el 27 de junio de 1967, se nombró al dictador «alcalde honorífico a perpetuidad».

Los honores a Franco fueron otorgados por la Corporación que presidía Miguel Penas Aguilera, al que en abril de 1958 le nombró «hijo adoptivo» de Urduña en reconocimiento a «méritos» como la traída de agua o la apertura del taller escuela sindical de Formación Profesional. En febrero de 1972, se le concedió una medalla de oro por, de nuevo, los «grandes méritos» en los 17 años que fue alcalde.

Antes habían recibido medallas de oro, en mayo de 1961, José Luis Arrese y Magra, que había estudiado en los Jesuitas de Urduña y fue uno de los principales teóricos del Nacional Sindicalismo, que le llevó a ser ministro secretario general del Movimiento y primer ministro de Vivienda; la Organización Sindical, en enero 1964; y la Diputación, en enero de 1964, por la subvención otorgada para la instalación del taller escuela.

En julio de 1965, se le dio a Fernando de Ybarra y López-Dóriga, marqués de Arriluce de Ybarra, que ocupó entre otros cargos el de consejero nacional del Movimiento, procurador en Cortes, alcalde de Getxo y presidente de la Diputación vizcaina. Fue una manera de agradecerle que el edificio de la Aduana pasase a ser patrimonio municipal. En octubre de ese año, se acordó dar otra medalla de oro al falangista Adolfo Muñoz Alonso, que fue presidente del Instituto de Estudios Sindicales y rector de la Complutense, que proyectó un centro de estudios superiores de la ciudad.

Como homenaje al Ejército franquista y para ensalzar a los excombatientes así como al dictador, el Consistorio concedió el 17 de junio de 1968 medallas a tres altos mandos urduñarras –Ángel Salas Larrazabal, Eugenio Herraiz Tierra y Néstor Almarza Basterra–, a quienes se les impuso en las fiestas de Otxomaio del año siguiente en un solemne acto.

La única medalla de plata que se otorgó fue en noviembre de 1964 a Francisco Gandía García, por entonces delegado del Sindicato Vertical en Bizkaia.

 

Quien bombardeó Otxandio no será ensalzado

En el acuerdo plenario que se aprobará hoy también se acuerda quitar todos los honores a Ángel Salas Larrazabal, un piloto franquista, natural de Urduña, que participó el 22 de julio de 1936 en el bombardeo de Otxandio, a cuyo Consistorio se informará. En aquella masacre de la que están a punto de cumplirse 80 años, murieron 60 personas, la mayoría de ellas civiles y una tercera parte menores de edad.

Urduña revocará todos los honores al piloto a quien, el 2 de agosto de 1942, se nombró «hijo predilecto de la ciudad». Salas Larrazabal no solo luchó en la guerra de 1936, sino que luego estuvo en la División Azul. Llegó a ser capitán general de división del Ejército del Aire con carácter honorífico, miembro del Consejo del Reino y del Consejo de Regencia, donde asumió colegiadamente la Jefatura del Estado entre la muerte de Franco y la proclamación de Juan Carlos de Borbón como rey.

Al militar, en junio de 1959, el Pleno urduñarra le dio su bastón de mando al ser ascendido a general de brigada y luego, en junio de 1967, una medalla de oro.A.G.