Tras desafiar todo pronóstico, trece meses después de la que parecía improbable nominación, Donald Trump dio un paso más ayer hacia su nombramiento como candidato presidencial estadounidense con el inicio de la convención republicana, en la que su esposa Melania tuvo un rol estelar desde el primer día.

La convención comenzó en Cleveland (Ohio), una ciudad de 400.000 habitantes bajo fuertes medidas de seguridad, atizadas por los recientes ataques a policías y a la espera de numerosas manifestaciones. Con una gran decoración en rojo, blanco y azul, casi 2.500 delegados de 50 estados se reunieron en el Quicken Loans Arena, prácticamente aislada.

Trump ya ganó la nominación republicana y se enfrentará el 8 de noviembre a la demócrata Hillary Clinton por la Casa Blanca, pero los cuatro días de feria partidista pondrán bajo los focos la complicada relación del magnate neoyorquino y el «Grand Old Party». Las fuerzas de seguridad están en alerta desde los ataques de Orlando y Niza, así como la muerte la semana pasada de cinco policías de Dallas y otros tres el domingo en Baton Rouge.

La policía, omnipresente, patrulla en auto, a pie, en bicicleta o a caballo, bajo un trasfondo de violencia que solo parece amplificar el mensaje de Trump, quien se presenta como el candidato de «la ley y el orden». El general retirado Michael Flynn y la senadora Jodi Ernst reforzaron ayer el mensaje.

Aunque el empresario tiene preocupaciones más inmediatas. Su estilo heterodoxo y su inexperiencia política han surcado profundas divisiones en el partido. Contrariamente a lo que se acostumbra, están ausentes expresidentes y el gobernador del estado anfitrión, John Kasich, quien fue derrotado por Trump en las primarias.

Su selección como candidato a la vicepresidencia de Mike Pence, gobernador del estado de Indiana, adalid de posturas antiaborto y antigay, parece haber tocado la nota correcta en la corriente conservadora para fomentar la unidad del partido, aunque aún hay reticencias. «Son unos pocos que resisten y no reflejan nada más que su opinión personal», cree Trump.

Protestas y armas en las calles de Cleveland

En las calles de Cleveland la policía se prepara para numerosas manifestaciones a favor y en contra de Donald Trump. Se han levantado vallados de dos metros de altura, varias calles han sido cerradas al tránsito y otras obstruidas con barricadas de cemento; incluso camiones quitanieves fueron empleados para acordonar el perímetro de la convención. La primera protesta antiTrump arrancó el domingo, congregando unas decenas de manifestantes cerca del centro de convenciones. Además más de cien mujeres posaron desnudas atendiendo al llamamiento del fotógrafo Spencer Tunick de conjugar arte y política para mostrar a Trump como incapaz de ocupar la Casa Blanca y denunciar «el lenguaje y retórica de odio contra las mujeres y minorías que provienen del partido Republicano». La ley de Ohio permite llevar armas de forma visible, sumando otro ingrediente al miedo a que se desate la violencia en Cleveland, que, previendo un posible descontrol de la situación, suscribió un seguro antiprotestas por 50 millones de dólares. GARA