Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Premonición»

Los recursos de la mente

Nada cabe reprochar a las intenciones que abandera “Premonición”, ya que aspira a ser el típico thriller con asesino sicópata incluido cuya elaboración bebe de muy diferentes fuentes.

Esta nueva criatura del doctor Frankenstein ha tomado prestadas de otras fuentes cinematográficas los engranajes de un argumento zurcido mediante hilos muy gruesos y que, lejos de sorprender en su resultado, parece conformarse en su rol de mero entretenimiento veraniego. El brasileño Alfonso Poyart podía haber sido mucho más juguetón y malévolo a la hora de escenificar el cara a cara entre el mentalista encarnado por Anthony Hopkins y el sicópata al que pretende dotar de sentido Colin Farrell. Es más, la opción de presentar en esta ocasión a Hopkins como un siquiatra benévolo y a años luz del maquiavélico gourmet Hannibal Lecter podría haber funcionado de no ser por la rácana inquietud que asoma en cada tramo de un filme que quiere ser “Seven” pero se conforma con afiliarse a enloquecidos y guiñolescos festivales tipo “Resurrección”.

Si en su primer tramo logra cierta empatía con el espectador y a ratos logra su cometido de entretener, el duelo que sustenta la trama termina por derrumbarse como un castillo de naipes por culpa de un montaje sicotrónico que deriva hacia un final torpedeado por el exceso. Tampoco los intérpretes encargados de aportar empaque a este proyecto ayudan en su cometido si bien, y curiosamente, el progresivo histrionismo que exhibe Farrell en su recta final puede otorgar cierta simpatía a un conjunto por completo irregular. Entre los elementos más destacados figura la inquietud que asoma tímidamente en su primer tramo y en la lograda atmósfera.

Por contra, el abuso de recursos como los flashbacks y  flashforwards lastran el ritmo y eclipsan el tono de este enésimo juego del gato y el ratón.