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LONDRES

El Banco de Inglaterra se reúne hoy para afrontar la realidad del Brexit

El resultado del referéndum del 23 de junio se está leyendo en clave económica continuamente, pero hasta ahora el Banco de Inglaterra (BoE, siglas de Bank of England), uno de los principales agentes que tiene que gestionar la etapa del Brexit, ha preferido mantener un ritmo pausado. Cuando el Big Ben londinense marque hoy las 12.00, se hará público su nuevo informe de política monetaria, sobre el que se están creando muchas expectativas en los mercados.

En su reunión del pasado 15 de julio, el banco central británico prefirió pasar de puntillas sobre las repercusiones del Brexit y decidió mantener sin cambios los tipos de interés, al 0,5%, y su programa de compras de deuda. De esta forma intentó trasladar a los mercados especulativos la sensación de que era preferible estudiar con calma y a fondo la situación creada por el referéndum que ha iniciado la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, antes de introducir cambios en una estrategia que, si no al margen, siempre ha caminado a distinto paso que el que marcan, en Fráncfort, el Banco Central Europeo (BCE) y, en Bruselas, la Comisión Europea (CE).

El Banco de Inglaterra (BoE) logró así que la libra recuperase un poco el aliento (subiendo de 1,32 a 1,34 dólares) tras haberse depreciado en un 10% respecto al billete verde desde el 23J.

No obstante, dejó abierta la puerta a cambios significativos en la jornada de hoy. «La mayoría de los miembros [del órgano rector del BoE] espera una suavización de la política monetaria en agosto», se recogió en el acta de aquella reunión.

En un comunicado, explicó que aún no había datos oficiales sobre el impacto económico que ha tenido el Brexit, aunque ya había afectado a la confianza de los inversores y al mercado inmobiliario. «Estos indicadores sugieren que, probablemente, la actividad económica va a debilitarse en el corto plazo», añadió.

Periodo de incertidumbre

Aunque en un primer momento las entidades bancarias tomaron un rumbo más positivo –el BoE llegó a destacar que la resistencia del mercado financiero británico había permitido que el impacto del referéndum se enfriara en lugar de amplificarse–, parece que eso no era más que un espejismo.

Reflejo de esto, ayer el banco británico HSBC, el mayor de Europa, anunció un descenso de sus beneficios del 28% en el primer semestre del año, hasta 6.170 millones de euros, afectado tanto por la ralentización de la economía china como por el impacto del Brexit.

El presidente de HSBC, Douglas Flint, advirtió de que «el Reino Unido y las empresas británicas entran en una nueva era». «Está claro que estamos entrando en un periodo de mucha incertidumbre donde los riesgos económicos se ven superados por eventos políticos y geopolíticos», comentó.

A esos riesgos tiene que hacer frente hoy el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, del que se espera que rebaje los tipos de interés para que la recesión no tome cuerpo.

El nuevo plan de reactivación japonés también asume el impacto del referéndum británico

Japón aprobó este martes un cuantioso paquete de estímulo destinado a sacar a la economía del país de su ciclo deflacionario y a mitigar el impacto negativo del Brexit a través de inversiones públicas y otras medidas para promover la demanda privada. El plan tiene un montante total de 28,1 billones de yenes (245.708 millones de euros), la mayor parte de los cuales irá a parar a inversiones en infraestructuras –en particular, a la mejora de los servicios para el sector turístico– y a promover las exportaciones agrícolas.

«El objetivo es estimular la demanda de forma inmediata, pero también lograr un crecimiento económico sostenible liderado por el sector privado», señaló el primer ministro, Shinzo Abe, en la reunión de su Gabinete –que remodeló ayer mismo–. De esta forma pretende acelerar la aplicación de “Abenomics”, el ambicioso programa de reforma económica que apuesta por el estímulo monetario a gran escala y un elevado gasto público. Esta estrategia no termina de dar los resultados esperados, lo que se achaca en parte a factores externos como la desaceleración china o la caída de los precios del petróleo.

A esta coyuntura se han sumado los temores sobre los efectos del Brexit en la economía global y en la nipona, muy expuesta a la salida de Gran Bretaña de la UE debido a la elevada presencia de empresas japonesas en territorio británico. En este sentido, el paquete aprobado el martes contiene partidas importantes destinadas a ayudas para las pymes que se puedan ver afectadas por el Brexit.GARA