Jon ORMAZABAL
PIRAGÜISMO

Chourraut comparte la plenitud de su medalla

La lasartearra recibió un sencillo pero emotivo recibimiento por parte de sus compañeros del Atlético SS.

Aunque el suyo ha sido un premio individual, una medalla de oro a tantas y tantas horas de esfuerzo, a tanto sufrimiento y dedicación, en su regreso a casa Maialen Chourraut quiso compartir toda la satisfacción y la «paz interna» que esta presea le ha otorgado con todos aquellos que han puesto su granito de arena para que su «plan» saliera perfecto, desde los más cercanos, esa familia que ha arrastrado en este ciclo olímpico tan especial para lograr su sueño, los colaboradores, y a todos aquellos que se han alegrado por su victoria. «Me abruma un poco haber emocionado a tanta gente. Me ha parecido impresionante cómo lo ha vivido la gente y me ha emocionado el calor que he recibido antes y después de los Juegos», señaló.

Tras un primer aterrizaje en su otra casa, la de la Seu d´Urgell, donde estos últimos cuatro años ha desayunado en una taza de Río, para «que ni un día se me pasara el objetivo de ganar ese oro», la piragüista lasartearra fue homenajeada ayer en Donostia en La Concha por sus compañeros del Atlético San Sebastián, en un sencillo pero emotivo recibimiento.

«Un plan perfecto»

Solo ella y sus más próximos, como su marido y entrenador Xabier Etxaniz, saben todo lo que esa obsesión olímpica ha supuesto para Maialen Chourraut, por lo que la deportista lasartearra compareció ayer ante la prensa «plenamente satisfecha» y con «la paz interior» que le ha proporcionado ese plan que finalmente ha salido bien.

El plan era tan sencillo y a su vez tan complicado como «no ganar nada, solo la final. Porque para mí jugar es la final y hasta la final no ha empezado el juego. Otras veces salgo a ganar todas las mangas, pero esta vez prefería no ganarlas, solo importaba la final».

De ahí su reacción en el instante de la llegada tras la bajada que le dio el triunfo. «Nunca he gritado así, pero no me pude contener aunque ahora he sentido auténtica vergüenza cuando lo vuelvo a ver», dijo.

Otro de los momentos mágicos de los Juegos llegó al ver a su hija Anne tocar el agua del canal tras el triunfo. Consciente de que puede ser percibida como un referente al haber podido compaginar su condición de madre con el deporte de elite, Chourraut sin embargo no se siente «capaz de dar consejos» a nadie y solo puede contar su historia en la que la conciliación de la vida laboral y profesional ha sido posible aunque, «eso sí», se lo «ha peleado mucho».

Confesó que «por vez primera» necesita descansar y tomarse unas vacaciones antes de volver a entrenarse, pero su cabeza «anda maquinando» los próximos retos entre los que ha citado el Mundial de slalom en Pau (Francia) en 2017 y los Campeonato del Mundo en Río en 2018.

Y, «sobre todo», el campeonato del mundo en la Seu d´Urgell, el lugar ha donde ha tenido que desplazarse para conseguir este sueño ante la inexistencia de infraestructuras necesarias en Euskal Herria. Por ello aprovechó actos multitudinarios como el de ayer en Donostia –el domingo ella y Richard Oribe recibirán la insignia de Oro y Brillantes de la Real en Anoeta– para recordar que debe construirse un canal de slalom.