Ryan Lochte pidió el jueves disculpas públicamente por los incidentes que protagonizó el pasado fin de semana en Río, junto con otros tres nadadores de la selección de EEUU, y que el deportista estadounidense intentó justificar inicialmente con un falso atraco a punta de pistola.

«Quiero pedir disculpas por mi comportamiento por no ser más cuidadoso y sincero al describir los acontecimientos que sucedieron aquella madrugada y por mi papel en apartar los focos de tantos atletas que están cumpliendo sus sueños al participar en los Juegos Olímpicos», señaló Lochte después de que la investigación de la policía brasileña haya demostrado que los nadadores inventaron el asalto tras una noche de «fiesta».

Si bien Lochte se encuentra ya en Estados Unidos, James Feigen, otro de los integrantes de los incidentes, deberá pagar una multa de 10.800 dólares para que la Justicia brasileña autorice su regreso a su país. Lochte y Feigen, así como Gunnar Bentz y Jack Conger –estos dos últimos han cooperado y ya están en EEUU– dijeron haber sido víctimas de un asalto a punta de pistola por hombres que vestían uniformes de policía tras salir de una fiesta el domingo.

Sin embargo, la investigación de la policía brasileña ha demostrado que los deportistas acudieron a una fiesta en el barrio de la Lagoa, donde habrían estado con tres mujeres jóvenes –a quienes busca la policía–, y antes de regresar a la Villa Olímpica, en Barra de Tijuca, tomaron un taxi y pararon en una gasolinera.

Los nadadores estaban bebidos y alterados, según los testigos, y realizaron destrozos en el baño y otras instalaciones, lo que obligó a los empleados a intervenir y avisar a la policía militar y a los guardias de seguridad. Estos trataron de retenerlos a la espera de la policía, pero los nadadores se les enfrentaron y uno de ellos les apuntó con una pistola. Finalmente, pagaron unos 33 dólares por los destrozos, subieron al taxi y regresaron a la Villa Olímpica, según el relato policial.