Joseba VIVANCO
JUEGOS OLÍMPICOS

De «obrigado» a «arigato»

Río de Janeiro da carpetazo a unos Juegos exitosos en lo deportivo, que despiden a dos de las más grandes figuras olímpicas de los últimos tiempos, y que da el revelo a la Tokyo de Hello Kitty y Super Mario, más cuadriculada, pero que deberá buscar nuevos héroes.

La Cidade Maravilhosa de Río de Janeiro pasó el testigo este domingo a la funcionarial Tokyo, de la samba y fuegos artificiales a Super Mario, Hello Kitty y los Súper Campeones. «El mejor lugar del mundo está aquí y ahora», proclamó a los cuatro vientos el 5 de agosto el presidente del comité organizador, Carlos Arthur Nuzman, valiéndose de los versos de Gilberto Gil. Dentro de cuatro años, ese lugar en el mundo será la metrópolis nipona, con cinco nuevas disciplinas deportivas y más de 400 deportistas adicionales a los más de 10.000 que han tomado parte en los Juegos cariocas recién celebrados. Una cita, la brasileña, que más allá del zika, amenaza terrorista, crisis política y económica del país, se salda con un irrefutable éxito deportivo y con 87 países colgándose una medalla, récord y uno más que en Beijing 2008, entre ellos tres que se estrenan, como Fiyi en rugby, Kosovo en judo y Jordania en taekowndo.

«Fueron unos Juegos maravillosos en una ciudad maravillosa», fue el mensaje final del presidente del COI antes de que la llama se extinguiera en el estadio de Maracaná. Más allá de los inconvenientes y carencias de estos primeros Juegos sudamericanos, los mismos han vuelto a deparar emociones, héroes con y sin metal en sus cuellos, ofrecido al mundo deportes alejados de los focos mediáticos, consagrado nombres, despedido a otros, reído y llorado. 17 días en los que ha convivido aquel que probó «que soy el más grande este deporte» como dejó claro Usain Bolt, con quien se vuelve «con el corazón lleno por las muestras cariño, porque uno puede salir campeón o ganar una medalla, pero hay cosas que trascienden eso», como decía adiós Manu Ginóbili.

Estados Unidos fue el que más medallas obtuvo por sextos Juegos seguidos, nada menos que 121, la tercera mejor marca en la historia del país. El anfritrión se quedó en 19, por debajo de sus expectativas, y Gran Bretaña, con 65, es el primer país que saca más preseas cuatro años después de ser anfitrión. Los deportistas vascos se vienen con tres medallas y siete diplomas, en tanto aquellos bajo bandera española han cosechado 17 y 7 títulos olímpicos.

Río es historia, Tokyo deberá buscar sus nuevos héroes, ya sin Michael Phelps, quién sabe si con Usain Bolt lanzando jabalina tras probar suerte y enviarla hasta los 59 metros –lejos de los 90,3 del oro–, con quizá Simone Biles en la gimnasia, Katie Ledecky en la piscina, Van Niekerk y De Grasse en la pista. Obrigado Río, arigato Tokyo. Ya falta menos para los JJOO de 2020.

Las imágenes de Río, unos JJOO «icónicos»

Los Juegos Olímpicos de Río nos han dejado un ramillete de imágenes y emociones tantas como deportistas participantes. La divertida superioridad de Usain Bolt, las lágrimas de felicidad de Michael Phelps, el recuerdo de Nadia Comaneci encarnado en la magia de la impecable Simone Biles, los gestos de solidaridad entre contrarios, la irrupción de los hinchas de las medallas capaces de abuchear a un competidor rival en favor del propio, la medalla de oro de la judoca Rafaela Silva, nacida en la famosa favela Ciudad de Dios, el agua verde de la piscina de saltos de trampolín, el penalti ‘cazafantasmas’ de Neymar, los primeros olimpistas refugiados tratados, dice la organización, como «estrellas de rock»... En lo bueno y en lo malo, unos JJOO son eso, como confesó el tenista argentino Juan Martín del Potro, «no sé si lloré tantas veces en tan pocos días, pero fue una de las mejores semanas de mi vida». Han sido, ha dicho el COI, los Juegos más «icónicos».J.V.