«Ordeno a todos nuestros comandantes, a todas nuestras unidades y a cada uno de nuestros combatientes el cese el fuego y de hostilidades de manera definitiva contra el Estad colombiano a partir de esta medianoche», declaró ante la prensa en La Habana el máximo líder de las FARC, Timoleón Jiménez, ‘Timochenko’.

«Con mucha emoción preparando el anuncio más importante que me ha tocado hacer en mi vida, ante el mundo y Colombia #VamosPorLaPaz», escribió horas antes el líder de las FARC en Twitter. «La paz comienza a ser realidad», afirmó.

De esta forma se hizo oficial el anuncio que supondría que a medianoche –hora local– comenzaba el alto el fuego bilateral y definitivo con la guerrilla entre el Gobierno de Colombia y las FARC, una histórica decisión que cierra 52 años de conflicto armado en el país, producto del acuerdo de paz negociado con esa guerrilla en Cuba.

A su vez, el presidente, Juan Manuel Santos, que firmó la víspera la orden del alto el fuego apeló a decir «sí al futuro, sí a la paz. Queremos ser un país sin los estigmas de la guerra».

«Nos acostumbramos tanto a la guerra que se nos ha olvidado cómo se siente la paz, cómo se siente ser un país normal», dijo el presidente colombiano durante la apertura en Bogotá de la 38 Caminata de la Solidaridad por Colombia. «Más de medio siglo de guerra nos ha dejado anestesiados, acostumbrados a que cada día murieran compatriotas, soldados, campesinos, guerrilleros, por causa de esta confrontación absurda», agregó el jefe de Estado.

Si bien la suspensión de las hostilidades debía comenzar a medianoche, la guerrilla observa de hecho un alto el fuego unilateral desde el 20 de julio de 2015 como gesto de buena voluntad en el proceso de paz, al que el Gobierno respondió suspendiendo los bombardeos aéreos sobre los rebeldes.

Las FARC celebrarán, entre el 13 y el 19 del mes que viene, en San Vicente del Caguán, su X Conferencia, la que será la última como movimiento armado, y debe ratificar los acuerdos negociados durante cuatro años en La Habana, y detallados en un documento de 297 páginas. Además, «emprenderá la transformación de las FARC en un movimiento político legal», indicó la guerrilla el pasado sábado. Contará con la presencia de 200 delegados de las FARC, entre ellos los 29 miembros del Estado mayor. Y estará abierta a 50 invitados nacionales e internacionales, así como a la prensa.

«La importancia histórica de este evento justifica que los pueblos de Colombia y del mundo se informen directamente del desarrollo de las conclusiones», explicó la guerrilla.

La firma solmene de las acuerdos por parte de Santos y Timochenko está prevista entre el 20 y el 26 de setiembre. Comenzará entonces el reagrupamiento de los guerrilleros en 22 zonas y ocho campamentos, repartidos por todo el país, para llevar a cabo su desarme, previsto en un plazo de seis meses, bajo supervisión de la ONU.

Los colombianos deberán ratificar los acuerdos en un referéndum el 2 de octubre, para lo que será necesaria una victoria del voto favorable con al menos el 13% del electorado (4,4 millones de votos).

El vicepresidente, por el ‘sí’

Por su parte, el vicepresidente de Colombia, Germán Vargas Lleras, declaró que en la próximas elecciones buscará derrotar al movimiento político que surja de la guerrilla de las FARC. Vargas Lleras, que hasta estos últimos días había guardado silencio sobre los diálogos de paz, lo que le ha generado numerosas críticas por no apoyar abiertamente el proceso, dijo a la revista “Semana” que en el plebiscito votará «sí».

El vicepresidente consideró que pese a las «observaciones» hechas «y con las comprensibles preocupaciones que surjan con la reglamentación del acuerdo», cree que «Colombia pondrá fin, y ojalá para siempre, a este terrible capítulo de su historia». «Pero en lo que a mí respecta, iré a la próxima campaña a enfrentarlos en la plaza pública y a derrotarlos con los mecanismos de la democracia», afirmó.

En su opinión, una cosa es recuperar la paz, «aceptando los sacrificios que el acuerdo impone», y otra es que esto «sea el preámbulo, como algunos sueñan, para entregarles a las FARC el Gobierno y la conducción de la nación».

El Gobierno traza un plan para evitar que el ELN ocupe el territorio dejado por las FARC

El ministro de Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo, reveló ayer que el Gobierno ultima un plan para impedir que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se apodere de los territorios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras la desmovilización de esta guerrilla por virtud del acuerdo de paz alcanzado esta semana. Cristo explicó que militares y policías se desplegarán en los territorios controlados por las FARC una vez entre en vigor el alto el fuego bilateral y definitivo. El titular de Interior subrayó que el Gobierno es consciente de que el ELN, a pesar del acuerdo alcanzado el 31 de marzo para iniciar un diálogo de paz, podría intentar ocupar las zonas abandonadas por las FARC para hacerse con su control. Según Cristo la principal amenaza es que el ELN, la segunda guerrilla colombiana, «se haga con el negocio del narcotráfico».

Por otra parte, un juez colombiano ordenó la captura de los cinco máximos dirigentes del ELN por delitos relacionados con ataques contra el oleoducto Caño Limón Coveñas, el principal de Colombia y sus efectos contra el medio ambiente, ocurridos entre 2011 y 2016.

La medida alcanza el máximo líder del ELN, Nicolás Rodríguez, alias ‘Gabino’, así como Eliécer Herlington Chamorro, alias ‘Antonio García’; Israel Ramírez, alias ‘Pablo Beltrán’; Rafael Sierra Granados, alias ‘Ramiro Vargas’ y Gustavo Aníbal Giraldo, alias ‘Pablito’, integrantes del Comando Central (COCE) del ELN. GARA