Mikel CHAMIZO
Música contemporánea

Visiones norteamericanas de la guerra

El que fuera por no estar contraprogramado con otro concierto ‘de los grandes’, bien la oportunidad de escuchar música de cámara en un festival que la tiene casi olvidada, o bien por un genuino interés en el grupo y en el repertorio, el Cuarteto Bretón colgó el cartel de “no hay entradas” en su actuación del martes en Quincena. Esto nos hizo echar de menos la más espaciosa Sala de Cámara del Kursaal, donde se celebraba este ciclo hace años, uno de los mejores recipientes para música de la ciudad y el más desaprovechado. La Sala Polivalente, especialmente cuando se llena, tiene problemas acústicos y de visibilidad: el martes un señor entre el público se quejaba sonoramente de que «no veía un carajo».

La actuación del Bretón, tras calentar motores con el estreno del “Cuarteto nº4” de Gabriel Loidi, se centró en dos grandes obras de autores norteamericanos que observaron la guerra desde perspectivas muy distintas. George Crumb escribió su cuarteto eléctrico “Black Angels” durante la Guerra de Vietnam y en él se cruzan todo tipo de referencias oscuras, desde la secuencia medieval del “Dies Irae” al cuarteto “La muerte y la doncella” de Schubert. “Black Angels” es todo un clásico de la segunda mitad del siglo XX y el Bretón tuvo que sobreponerse al recuerdo de los muchos grupos que la han tocado o grabado, entre ellos el Kronos Quartet. Su versión fue notable en lo tímbrico y en lo expresivo, pero algo deslabazada en su transcurrir entre secciones. En la segunda parte abordaron “Different trains” de Steve Reich, la evocación de unos viajes en tren a Los Ángeles durante la infancia del autor, entre 1939 y 1942, y su confrontación con sonidos de otros trenes, europeos, en los que niños judíos como Reich viajaban a un destino muy diferente. La obra, de planteamiento minimalista, es un tour de force físico que los del Bretón superaron con pasión aunque no siempre total precisión.