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Moscú y Damasco ganan tiempo mientras machacan el Alepo rebelde

Rusia y Siria rechazan las acusaciones de barbarie y crímenes de guerra por su ofensiva en Siria y sobre todo en Alepo, donde decenas de bombardeos están devastando las áreas bajo control de los grupos rebeldes. Mientras se enzarzan con las potencias occidentales en una «guerra de palabras», Moscú y Damasco ganan tiempo para consolidar la ofensiva.

Mientras las potencias occidentales endurecen el tono contra Siria y Rusia por sus acciones en Siria –«barbarie», «crímenes de guerra»–, Damasco y Moscú continúan su ofensiva sobre Alepo, donde por cuarta noche consecutiva las bombas machacaron la parte bajo control rebelde, añadiendo a los ataques y al asedio la guerra sobre los suministros básicos de la población. «Hemos soportado los bombardeos estos últimos años, pero ahora no hay ni pan ni agua potable, ni nada en los mercados. La situación empeora día en día», explicaba ayer Hassan Yassin, padre de cuatro niños que tuvo que abandonar su vivienda junto a su familia para refugiarse en una tienda a pie de calle.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los bombardeos mataron ayer al menos a 12 civiles, lo que elevaba a 140 el número de muertos desde el comienzo de la fuerte ofensiva del régimen para reconquistar Alepo y a 248 desde que el cese el fuego se dio por terminado. Según Save The Children, casi la mitad de los muertos son niños.

Y a la vez que Alepo sufría al menos 158 ataques aéreos en 72 horas, el régimen de Damasco insistió en que el acuerdo entre Rusia y EEUU que lo propició sigue vivo, según el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al-Mualem, quien acusó a EEUU de apoyar con armas y fondos a los «terroristas» que operan en su país y tachó de vergonzosas las acusaciones de la ONU.

A la vez, Damasco lanzó una propuesta de elecciones para crear un Gobierno de unidad nacional que fue inmediatamente rechazada por EEUU.

Rusia, por su parte, denunció «el tono y la retórica inadmisibles» de los occidentales «que puede dañar el proceso de paz ya nuestras relaciones bilaterales». El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, juzgó la situación de «extraordinariamente complicada» y lamentó que EEUU aún no distinga entre «la oposición que se denomina moderada y los terroristas». El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, sugirió que los militares estadounidenses no atienden las órdenes de Barack Obama.

Y mientras, totalmente asediados, los 250.000 habitantes de los barrios rebeldes de Alepo no reciben ayuda exterior desde hace dos meses y desde el sábado los bombardeos han cortado el suministro de agua.

Los ocho hospitales aún en funcionamiento trabajan bajo la presión de un gran número de heridos y la falta de sangre, material médico esencial y médicos. Solo treinta médicos siguen vivos en el este de Alepo, según la Asociación Médica Siria. El hospital Omar bin Abdelaziz, en el barrio asediado de Maadi, quedó ayer fuera de servicio tras un bombardeo.

También los alimentos escasean y los que quedan se han encarecido notablemente.

Turquía dice que los kurdos se retiran al este del Éufrates

El viceprimer ministro de Turquía, Numan Kurtulmus, anunció la retirada de parte de las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) desde la ciudad de Minbej al otro lado del río Éufrates, en el norte de Siria un movimiento que Ankara exigía tanto a los kurdos como a EEUU, que apoyaba el avance de las YPG contra el ISIS en la región. La milicia recalcó en agosto que no se retiraría a pesar de la incursión lanzada por Turquía en el norte de Siria.GARA