El Eibar llega al Santiago Bernabéu por cuarta vez en su historia y con la intención de hacer bueno el refrán, convirtiendo el de hoy en un partido diferente. Ya lo son las circunstancias en las que viaja el cuadro armero que, tras su debut hace más de una década, cuando le tocó ejercer de un ilusionado David copero ante un Goliat que hizo valer la lógica, ha encadenado después dos visitas similares, ya en Primera: con el equipo azulgrana en plena racha descendente y condenado a sufrir, como así fue, en sendos partidos sin color. Esta vez también le corresponde la piel de cordero, pero al menos afronta el partido en un buen momento y con su anfitrión ligeramente tocado tras firmar, nada habitual, tres empates consecutivos.

En esa tesitura, al Eibar le toca buscar, para empezar, su primer gol ante los merengues, algo que no ha conseguido nunca en el Bernabéu y solo una vez –en aquel duelo copero de 2004– en Ipurua. Más aún, deberá empezar por firmar un buen partido, de lo que ha podido presumir como anfitrión pero no en sus visitas como equipo de Primera al feudo blanco. Y a partir de ahí, intentar colarse en el reducido grupo de privilegiados que han salido del Bernabéu con un resultado positivo.

A tales retos, tales dificultades. Ni las rachas, ni las supersticiones –no hay que descartar aún que el Eibar juegue con su segunda equipación, amarilla como las de Villarreal, Las Palmas y Borussia–, ni la confianza ocultan que esta es una de las salidas más complicadas que afrontará el equipo esta temporada. «Hay tres equipos superiores al resto y el primero que nos toca es el Real Madrid –apunta José Luis Mendilibar–. Y da igual que estén bien, mal o regular. Si están bien, te dan para el pelo. Y si no lo están, resuelven el partido con sus individualidades». No es de extrañar que al técnico le preocupe «todo. Pueden estar jugando mal –insiste– y te sorprenden con una jugada rápida. Ganan muchos partidos así. Pueden jugar, combinar y participar los mediocentros y tendrán el balón pero no les hace falta ni eso porque con los de arriba crean siempre mucho peligro. Y además son los mejores en estrategia, van muy bien por alto. Lo tienen todo, fuerza física y mental».

¿La única opción? Que el equipo de Zinedine Zidane «se relaje más de la cuenta. A veces se relajan y les puedes sorprender». Y además, hacer un partido perfecto para poder colarse por esa puerta que esporádicamente abre el Real Madrid. En ese sentido, en lo que respecta a su propio equipo, Mendilibar se muestra más confiado en que cumpla con su parte, viendo el trabajo que está realizando. «Sobre todo en Ipurua», admite, aunque también «fuera de casa hemos competido bastante bien, aunque hemos perdido dos. En casa pareces más valiente, más dispuesto a llegar arriba, a no mirar demasiado al rival, pero el rival en su casa también juega con más desparpajo».

Poco habló de su rival, nada sorprendente por aquellos lares, Zinedine Zidane, exclusivamente centrado en su equipo, al que pide más «eficacia» tras sus últimos tropiezos. «Jugamos en casa y tenemos que entrar fuerte al encuentro –añadió–. La idea es volver a ganar y hacer todo lo posible los noventa minutos».

El relevo en defensa, la única certeza

Con Álex Gálvez lesionado, Ramis o Mauro regresarán al once para acompañar a Lejeune en el centro de la zaga. Es la única certeza respecto a las posibles variaciones que puede introducir hoy José Luis Mendilibar en su equipo.

De hecho, ni siquiera está claro el dibujo que pueda diseñar el técnico, que incluso podría apostar por un trivote. En caso contrario, Escalante y Rico volverían a pugnar por un puesto en el centro del campo y Adrián y Enrich por el de la media punta.A.U.L.