Arabia Saudí reaccionó al voto de Egipto a favor de una resolución rusa sobre Siria cortándole el vital suministro petrolero.

«A día de hoy se sigue hablando de alianza estratégica entre El Cairo y Ryad, pero no es la realidad», asegura el comentarista político egipcio Abdallah al-Sinawi.

No obstante, y sin necesidad de retrotraernos mucho en el tiempo, los saud fueron los principales valedores del golpe de Estado del mariscal Abdelfaah al-Sissi contra el presidente legítimo Mohamed Morsi, dirigente de los Hermanos Musulmanes. Rivales de Ryad al reivindicar una lectura nacional (local) del islamismo político, Arabia Saudí premió al golpista con decenas de miles de millones de dólares en ayuda.

En la misma línea, Arabia Saudí y Egipto son los principales apoyos del gobierno libio de Tobruk, dirigido por el militar exgadafista Jalifa Hiftar contra el gobierno impulsado por la ONU de Trípoli y contra el Ejecutivo pivotado por las milicias de la ciudad de Misrata.

Siria y Yemen

Pero ambas capitales no comparten ni de lejos posiciones en torno a Siria y a Yemen.

Mientras Ryad financia a grupos rebeldes en Siria y lidera la guerra en Yemen contra la alianza entre los rebeldes hutíes y el viejo régimen de Abdallah Saleh, «El Cairo se niega a reconocer la amenaza (en ambos escenarios) de los iraníes», se queja el analista saudí Jamal Kashogi, quien añade que Ryad «ha tolerado hasta ahora la posición egipcia pero el voto en la ONU ha sido la gota que colma el vaso». Se refiere al hecho de que Egipto votara el sábado a favor de una resolución rusa sobre Siria después de que Moscú hubiera vetado otra presentada por Francia con el aval saudí.

«Es indignante que sengaleses y malasios tengan posiciones más cercanas al consenso árabe que el representante árabe en el Consejo de Seguridad de la ONU», ha denunciado Ryad.

Egipto, que oficialmente participa en la coalición internacional suní contra los hutíes chiíes en Yemen, «intenta no implicarse y no olvida su difícil experiencia en los años 60», explica Al-Sinawi en referencia a la intervención militar en Yemen ordnada por Nasser y considerada el «Vietnam egipcio».

Venganza petrolera

La decisión del gigante petrolero Aramco de suspender el suministro a Egipto de 700.000 toneladas de productos petroleros, aunque se haya anunciado limitada a octubre, tiene graves consecuencias para un país, Egipto, que importa cada mes 1.750.000 toneladas, el 40% de Arabia Saudí. En abril, Ryad concedió a El Cairo un crédito de 20.000 millones de dólares para asumir ese suministro.

Mientras Egipto asegura buscar nuevos suministradores, Arabia Saudí tampoco puede abandonar a la deriva a su aliado, que sufre una grave crisis económica desde la revuelta de 2011. Siquiera para evitar que vuelva la democracia y los Hermanos Musulmanes.

Al Sissi facilita que Rusia ponga una pica militar en África

Rusia y Egipto llevarán a cabo esta semana ejercicios militares conjuntos en el país árabe africano, concretamente de paracaidistas y en lo que es una novedad y señal del acercamiento bilateral. Bautizados con el sugestivo título de «Protección de la Amistad 2016», consistirán en el lanzamiento desde el aire de vehículos militares y soldados en el clima desértico egipcio. Cada vez más presente en el Mediterráneo, la flota rusa llevó a cabo en 2015 maniobras conjuntas con la fuerza naval egipcia con la participación del crucero lanzamisiles Moskva, nave de mando de la flota del Mar Negro.

La colaboración ruso-egipcia, impulsada desde el golpe de Estado de Al-Sissi, no acaba ahí. Medios prorrusos informan de que Rusia negocia la reapertura de la base militar de Sidi Barrani, en el noroeste de Egipto, que la URSS utilizó hasta 1972, cuando llegó al poder Anuar el Sadat.GARA