A la vez que el Ejército iraquí y la coalición que lidera EEUU continúan su avance hacia Mosul, tratan de coordinar el asalto al bastión del Estado Islámico en Irak. Las fuerzas iraquíes se encuentra a cinco kilómetros de Mosul al este; al nordeste los peshmergas kurdos han llegado de la ciudad pero esperan a las fuerzas iraquíes que desde el sur aún tiene camino por recorrer. Mientras, al oeste, las milicias chiíes han recibido al orden de cortar el acceso entre Mosul y Siria, además de tomar la ciudad de Tal Afar. «Nuestra misión es impedir la huida (del ISIS) hacia Siria y aislar totalmente Mosul de Siria», explicó Jawad al Tulaibawi, portavoz de la Hashd al Shaabi, milicias chiíes que han jugado un papel clave en batallas anteriores contra el ISIS, pero también suscitan el rechazo de la población suní, que les acusan de acompañar sus conquistas de ejecuciones, violaciones y torturas. Por otro lado, la ONU mencionó indicios de ejecuciones de decenas de personas perpetradas por el ISIS desde el lanzamiento de la ofensiva. A la vez, Rusia acusó a la coalición encabezada por EEUU de bombardear escuelas, viviendas e infraestructuras civiles en Mosul y otras ciudades de la provincia de Nínive, que solo en los últimos tres días habrían causado «más de 60 muertos civiles, incluidos niños».