Empezó al fin la temporada 2016/17 de la NBA y lo hizo a lo grande. Por un lado, los Cleveland Cavaliers dedicaban a su gente su primer anillo y derrotaban por un claro 117-88 a los Knicks de Nueva York con un triple doble de LeBron James. Pero sobre todo, más de uno se frotó los ojos ante la paliza que recibieron los Golden State Warriors en su cancha, después de caer por un estrepitoso 100-129 ante los San Antonio Spurs en el estreno de Kevin Durant con la franquicia californiana.

Porque Durant debutó con 27 puntos, algo menos que los 35 de Kahwi Leonard, auténtico motor de los texanos junto a los 26 tantos y 14 rebotes de Lamarcus Aldridge. Pese a la retirada de Tim Duncan, los Spurs barrían a unos Warriors muy descoordinados. El propio Curry, pese a anotar 26 puntos, se notó incómodo. Con el duelo ya sentenciado, el exbaskonista Davis Bertans debutó en la NBA y aportó cinco tantos.

Si los 19 puntos, 11 rebotes y 14 asistencias de LeBron James asombraron en Cleveland, ante unos Knicks que se desmoronaron tras el descanso, en Portland fueron los 39 tantos, 9 rechaces y 6 asistencias del base Damian Lillard los que deslumbraron. Los Traiblazers batían por 113-104 a unos peleones Utah Jazz.