Los lectores quizá se acuerden de Víctor Ruiz Albéniz, más conocido como El Tebib Arrumi. Médico de formación, que no de ejercicio, este periodista y prolífico escritor comenzó siendo reportero bélico en la Guerra del Rif de Sanjurjo y Millán-Astray, y terminó como cronista oficial de la dictadura franquista. Entre sus muchísimos títulos se encuentra una serie de 34 cuadernos, editada en 1942 bajo el escalofriante título de “Biblioteca infantil. La Reconquista de España”, y en los que se glosan «las diferentes gestas acontecidas en la Cruzada de 1936-1939». ¿Arcana y codiciada pieza de coleccionista? ¿Anhelado tesoro incorrupto de renegridos adoradores del caudillo? ¿Rareza editorial condenada al higiénico ostracismo anti-fascista? No se crean, la pueden comprar hoy por internet y en oferta (solo 200 euros, antes 500) en la página web de la Fundación Nacional Francisco Franco.

Por cierto, que esta fundación ha sido noticia a raíz de una entrevista publicada en un medio de comunicación español, en la que Jaime Alonso, vicepresidente ejecutivo de la FNFF, aseguraba en titulares que «el régimen de Franco sólo fusiló a 23.000 personas y no fue por capricho». Y, ya en el cuerpo de la interviú, concretaba que la dictadura «no fusiló a nadie que no fuera en un consejo de guerra, un tribunal excepcional, igual que es ahora la Audiencia Nacional».

Sigo tirando del hilo. Precisamente la Audiencia Nacional fue noticia la semana pasada por procesar a nueve jóvenes –siete de ellos en prisión provisional– de Altsasu a los que acusa de un delito de «terrorismo en concurso con delitos de atentado, de lesiones y de provocación a la discriminación, odio o violencia contra grupos». Parece que, muy al final, la jueza descartó lo de Manolete, pero por los pelos. Los nueve de Altsasu tendrán que declarar el 20 de diciembre ante el tribunal de excepción.

Las cosas no han cambiado tanto, al fin y al cabo.

No lo digo yo, sino Joseba Sarronandia, que fue torturado durante días en 1980: «Si se sienten con derecho a bombardear Afganistán e Irak, ¿quién dice que no estarían dispuestos a bombardear de nuevo Barcelona o Gernika?». Inquietante pregunta.