Alberto PRADILLA

Alegría, pero la mente con los que se quedan dentro

Aratz Urrizola e Iñaki Abad abandonaron la cárcel de Soto del Real al borde las 21.00 horas. Al mismo tiempo, Julen Goikoetxea y Jon Ander Cob dejaban atrás Alcalá Meco. La satisfacción entre sus familiares se mezclaba con la «tristeza» porque «todavía se quedan tres».

Satisfacción después de un mes y una semana encerrados pero con la cabeza en los tres compañeros que se quedan en Soto del Real. Este era el ambiente de ayer a las puertas de la prisión madrileña cuando, al borde de las 21.00 horas, Aratz Urrizola e Iñaki Abad dejaban atrás la celda y se abrazaban con amigos y familiares. «Estamos muy contentos pero también muy tristes porque se quedan tres». Nekane Ortigosa, madre de Urrizola, expresaba la sensación general minutos antes de que su hijo abandonase la prisión. «Esto es injusto, muy injusto», decía, recordando que siempre les quedará «una espina que no se irá hasta que salgan», en referencia a Jokin Unamuno, Adur Ramírez de Alda y Oihan Arnanz.

A su alrededor, la sensación era la misma. Por un lado, alivio, porque ya son menos entre rejas. Por otro, la impotencia de que tres jóvenes sigan en la cárcel a causa de la misma injusticia. De fondo, el agradecimiento hacia la solidaridad desatada tanto en Altsasu como en todo Euskal Herria. «El apoyo ha sido algo impresionante. No vamos a tener palabras ni gestos para agradecer nunca todo lo que han hecho», afirmaba.

La espera se desarrollaba a varias bandas. Con un teléfono siempre conectado con Altsasu, donde decenas de personas esperaban para dar el primer recibimiento a los jóvenes. Con otro, hacia Alcalá Meco, prisión que abandonaron Julen Goikoetxea y Jon Ander Cob.

Al borde de las 21.00 horas y entre aplausos, Urrizola y Abad dejaban atrás los muros de Soto. Hasta un preso común les despedía con un «ondo, ondo». A partir de ahí, los minutos de abrazos interminables y, nuevamente, las primeras referencias para los que se quedan en Soto. En realidad, poco tiempo les había dado para reflexionar, teniendo en cuenta que no les comunicaron que salían hasta dos horas antes de ser liberados.

¿Se acuerdan de todas aquellas portadas que alimentaron el escándalo y pidieron cárcel? No se les vio ayer a las puertas de Soto. Se perdieron la foto de familia con carteles de mensaje claro: «Altsasukoak aske».