La campaña electoral para los comicios del 19 de febrero comenzaron ayer en Ecuador, donde ocho candidatos compiten para suceder al actual presidente, Rafael Correa, que gobierna desde enero de 2007 y no se presenta a la reelección. El favorito es el candidato de la gobernante Alianza PAÍS, el exvicepresidente Lenin Moreno, que concurre con el actual vicepresidente, Jorge Glas, como compañero de fórmula.

En estas elecciones, además de al presidente y vicepresidente del país, se elegirá a 137 miembros de la Asamblea Nacional y a cinco representantes para el Parlamento Andino.

Correa, economista de 53 años, dejará la vara de mando el 24 de mayo, después de una década de Gobierno en la que ha puesto en marcha la llamada «Revolución Ciudadana». Es el mandatario ecuatoriano que más tiempo ha permanecido en el cargo, después de que entre 1996 y 2007 los ecuatorianos hayan visto desfilar a siete presidentes, apartados del poder por golpes de Estado, destituciones o revueltas populares.

Alianza PAÍS ha encadenado éxitos electorales en los últimos años, incluyendo la adopción de la Constitución en vigor desde 2008, pero sufrió un importante revés en los comicios locales de 2014, cuando perdió las alcaldías de Quito y Cuenca.

Entre el 19% y el 44%

Los últimos sondeos sobre intención de voto sitúan a Moreno a la cabeza, con un margen de entre el 29% y el 44% de los sufragios, seguido a gran distancia por el exbanquero Guillermo Lasso (18%-22%), de CREO-SUMA, y la exdiputada Cynthia Viteri (11%-19%), del Partido Social Cristiano (PSC), y el general retirado y exalcalde de Quito de centroizquierda, Paco Moncayo (7%-15%). En 2006, Viteri fue candidata presidencial y quedó en quinto lugar y Lasso (23%) fue derrotado por Correa (57%) en 2013.

Los analistas políticos dan por segura la victoria de Moreno y señalan como única incógnita si se proclamará presidente, en primera vuelta, el 19 de febrero. La segunda vuelta se celebrará el 2 de abril, en el caso de que ninguno de los candidatos consiga mayoría absoluta u obtenga el 40% de los votos válidos y una diferencia mayor de diez puntos porcentuales sobre el siguiente competidor.

El principal lastre de Alianza PAÍS son las acusaciones de corrupción por parte de la oposición en torno a su candidato a vicepresidente, Jorge Glas, por supuesta concesión irregular de contratos públicos en relación a la empresa estatal Petroecuador y a la brasileña Odebrecht. Lasso pidió la dimisión de Glas, quien denunció «la campaña sucia» opositora y rechazó sus «calumnias y falsas acusaciones».