Andoni LUBAKI
Alhucemas
REVUELTA POPULAR EN EL MARRUECOS AMAZIGH (I)

«Lives» en facebook contra la Censura marroquí en el rif

Las posibilidades de las nuevas tecnologías permiten que las protestas en el Rif tengan eco mediático. En un país en el que está prohibido tocar los tres pilares del Estado (Allah, patria marroquí y rey alauí), el «live» de Facebook es el mejor arma del activismo amazigh.

No hay medios alternativos, hay medios privados», afirma Farkhad. Este joven activista y periodista rifeño vive actualmente en Alhucemas y se encarga de la cobertura de “Rifision”. Este medio cubre las noticias que suceden en la zona rifeña de Marruecos y surgió hace 4 años. Es un medio 100% digital que se financia gracias a la publicidad, «principalmente del Google Adsense», reconoce. Este sistema del gigante estadounidense de internet se ha convertido en el medio principal de subsistencia de las nuevas plataformas de información surgidas tras la «Primavera Árabe». Según los últimos estudios publicados por Google sobre el uso de la publicidad en medios de comunicación, este sistema no da ni para cubrir gastos técnicos (servidor, dominio...) ya que las visitas a ese tipo de plataformas son residuales» (menos del 0,02%) si miramos al conjunto global.

«No estudié periodismo, pero cuando sucedió lo del pescador asesinado Mohssine Fikri decidí retransmitir e informar desde aquí (Alhucemas). Me gusta la profesión, bajar a la calle y estar en contacto con la gente que ha sido testigo», explica Farkhad.

Varios de los periodistas contactados han declinado ser entrevistados bien por miedo a represalias o bien por temor a ser señalados como antisistema. Tal y como indicó un redactor del medio “El Telegrama del Rif” «el Majzén (Gobierno en la sombra, en lenguaje coloquial) tiene la mirada puesta constantemente en los periodistas. En lo que escribimos y en lo que dejamos de escribir. No sería el primero en ser despedido por el medio por presiones del Gobierno».

Casi todos los periodistas de los medios privados no alineados con la posición gubernamental son, a su vez, activistas. La mayoría tomaron parte en las movilizaciones surgidas tras la muerte violenta de Mohssine Fikri. El ejemplo claro es el propio Farkhad, quien reconoce que «participé en las movilizaciones. Una persona del medio “Rifisión” me dijo si quería formar parte de su medio y acepté». Desde entonces. este joven informático trabaja casi exclusivamente para este medio online. «Llevo un mes retransmitiendo las noticias. Cuando sucede algo, hago un live, una retransmisión de lo que va sucediendo. Podríamos decir que soy el corresponsal en Alhucemas, que hasta ahora ha albergado las mayores movilizaciones».

Pugna entre oficialistas y antisistema

«Los medios están divididos en este país. Más en el Rif. Hay medios que no hablaron de la muerte del pescador hasta pasados tres días, cuando las movilizaciones no las podía ocultar ni siquiera el Majzen», recuerda Mohssine, periodista de una revista «oficialista» (como él la llama). Este veterano trabajador vive en Rabat y ha sido entrevistado por Skype para este artículo. Asegura tener miedo «por lo que pueda decir».

«Los medios están intervenidos en Marruecos. Hay cosas de las que no puedes hablar, como la corrupción en las altas esferas en torno a los acuerdos de pesca con la UE. El sistema de Gobierno que impusieron en el año 2011 también es intocable. Pero sobre todo el tema del rey, ni se discute ni se toca. Nada que tenga que ver con el Palacio se puede publicar si no es para hablar bien y de lo bondadoso que es Mohammed VI. Incluso en Europa, donde el monarca tiene contactos y buenas relaciones, no se habla de todo el dinero que tiene, a espaldas del pueblo, en los bancos españoles y franceses. Tocar al rey es tocar a Marruecos en el tuétano (sic). La integridad del Estado es algo también de lo que no se puede hablar. Nadie puede dudar de la marroquinidad del Sáhara ni del Rif. Hablar de otras lenguas como es el caso del rifeño o del hassanía supone posicionarte peligrosamente. El ejemplo claro es el periodista Hamid El Mahdaouy, que ha estado en la cárcel varias veces por dudar de la figura del rey», explica Mohssine, quien, al no querer usar su nombre por miedo a represalias, ha decidido utilizar el nombre del pescador masacrado como un pequeño homenaje a la gente del Rif (sic).

También hay gente que habla sin miedo y dando la cara. Driss tiene 25 años y trabaja para el “Journal del Rif”. No estudió periodismo en la Universidad, pero hizo un curso sobre el oficio de contar y encontró trabajo en poco tiempo. «Estaba en una cafetería cercana cuando unos amigos me llamaron para que acudiera al lugar de los hechos (el asesinato de Fikri). En nuestro portal de información apenas teníamos una audiencia reducida, pero cuando sucedió lo de Mohssine yo me encontraba retransmitiendo todo y miles de personas estaban conectadas viéndolo», explica Driss.

Driss no tiene miedo de que le vean con periodistas extranjeros. Asegura que no ha encontrado ninguna traba para retransmitir lo que está sucediendo. «Incluso la Policía se informa a través de nosotros. Lo que si hacen es reducirnos la velocidad de conexión, y eso nos impide mantener directos porque se quedan colgados. Por eso pedimos una mejor conexión, para poder retransmitir lo que sucede cada día en cada lugar».

Se muestra, a su vez, muy crítico con los medios de comunicación oficialistas privados al que les acusa de «no cubrir lo sucedido. ¿Dónde están esos medios que en época de elecciones vienen a ocupar las calles?»

La palabra república está prohibida

«Sólo por utilizar la palabra república te pueden meter a la cárcel . Te pueden acusar desde incitación al odio, actos vandálicos hasta desacato a Mohammed VI. Incluso de actos terroristas. Buscan en tu historial, lo tergiversan y lo presentan a la opinión pública gracias a sus medios. Mira, por ejemplo, el caso de Abraham Serfati (intelectual judío encarcelado por Hassan II por su postura enfrentada al monarca e indultado por su hijo Mohamed VI tras su coronación)».

«Hay medios que se acercan a los activistas, que dicen que los apoyan, pero quieren utilizarlos como marionetas. En el Rif puede pasar lo mismo. Nasser Zafzafi (activista líder de las protestas ciudadanas que utiliza la opción de retransmitir videos en directo, llamados live, de Facebook para enviar sus mensajes) es un ejemplo. Todo los medios quieren acercarse a él; los autonomistas, los republicanos, los independentistas y los monárquicos», asegura exaltado el veterano periodista por Skype.

Delgada línea rota

Ante el férreo control a los medios, la línea que separa el periodismo independiente del activismo se ha disuelto. Todos alaban a Nasser Zafzafi (37 años) y le siguen casi con fe ciega allá donde se rumorea que va a hacer una aparición para un live. «El movimiento se articuló alrededor de Nasser. El empezó a denunciar delante de todos y pidió que viniera el jefe provincial de Alhucemas. A raíz de eso se empezó a organizar una movilización para que las personas salieran a la calle», dice Farkhad, quien, recordemos, entró al mundo del periodismo después de participar en las protestas de noviembre de 2016 y trabaja de manera voluntaria para un medio online.

«Soy un periodista y como periodista cuento lo que veo, lo que sucede, pero apoyo ese movimiento porque es necesario. No queremos que nos pongan un par de bombillas que nos den luz, queremos puestos de trabajo, que se respeten nuestras libertades, nuestros derechos. No pedimos más, yo no quiero una república. Mi rey es Mohammed VI, mi bandera es roja con una estrella verde (la bandera oficial marroquí y única oficial del país; la rifeña republicana está prohibida y su posesión se castiga con años de cárcel). Solo queremos vivir en paz, comer, derechos y trabajo. A esa gente que está fuera de Marruecos, y que piden república, les digo que viven con la nevera llena y cierta dignidad; si quieren pedir república que vengan aquí a pasar hambre, a estar en paro y luego que hablen. Es fácil pedirlo desde fuera. No habléis por nosotros. Esa gente que pide república es tan culpable como los causantes de la muerte de Mohssine» explica Driss, el periodista del “Journal del Rif”.

Diferencias y matices

Si uno entra en la página web de cualquiera de los medios citados (“Journal del Rif” y “Rifision”) podrá ver la diferencia. El “Journal del Rif” no muestra en ningún momento las banderas republicanas rifeñas que se dejan ver en las manifestaciones de estos últimos meses. “Rifisión” enseña fotos de activistas, con la cara a veces pixelada y otras no, portando este símbolo de independencia frente al poder árabe invasor. «La única manera de entender lo que pasa es seguir los live que se realizan, estar pegado al móvil y a las redes sociales en particular», explica a través de Skype Mohssine. También Farkhad es tajante al sentenciar que«si busco la verdad tengo que recoger las diferentes versiones de los hechos y mostrarlas. Y eso no sucede con los medios oficiales«, sentencia.