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RELEVO EN LA CASA BLANCA

Obama se despide en Chicago, origen de su vida política

Barack Obama se despidió ayer con un histórico discurso en Chicago, donde se inició en la política y donde defendió por última vez sus políticas, que Donald Trump pretende tumbar.

Barack Obama, ofreció anoche (madrugada en Euskal Herria) su discurso de despedida como presidente de Estados Unidos al regresar a Chicago, donde recordó a los estadounidenses que no deben perder la fe en el futuro de su país a pesar de la inquietud generalizada en torno a su sucesor, Donald Trump.

El último viaje de Obama en el Air Force One fue un peregrinaje a la ciudad que lo adoptó, desde donde se dirigió a una multitud que agotó las entradas. Los más fanáticos desafiaron el gélido invierno de Chicago para recoger entradas gratuitas que luego se llegaron a vender a más de mil dólares.

Ante miles de personas en la plaza McCormick Place, entre los que estaban la primera dama, Michelle Obama, y el vicepresidente, Joe Biden, junto a su esposa, Barack Obama tuvo su última oportunidad para definir el significado de su Presidencia. Lo hizo en Chicago, la ciudad en la que conoció a su esposa, nacieron sus dos hijas, trabajó como líder comunitario y dio el salto a la política. Fue allí, cuando Obama dio, en 2008, su discurso triunfal al ser elegido como el primer presidente negro de EEUU.

«Estaré pensando en mis días de joven, cuando era un activista comunitario, recién graduado de la universidad, y me siento como que mi fe en la capacidad de Estados Unidos de evolucionar en nuestra democracia ha sido justificada», señaló Obama en un vídeo que preparó como prólogo a su discurso.

Dos lecciones

Sostuvo que tras ocho años como presidente ha aprendido dos lecciones fundamentales: que los estadounidenses son en el fondo buenas personas y que el cambio es posible. «El sistema responderá cuando la gente común se una y trate de impulsar al país por un mejor sendero», indicó. Aunque en cierta manera el sistema ya respondió en noviembre cuando los estadounidenses rechazaron las políticas de Obama al elegir al republicano Trump.

Tanto Obama como sus correligionarios demócratas han hablado de la futura Presidencia de Trump en tono crítico, por eso la tarea del presidente, a diez días de dejar la Casa Blanca, era ayer explicar cómo su visión puede seguir siendo relevante.

Obama, célebre por su oratoria, quiso así que el discurso de anoche no fuera solo una lista de los logros alcanzados en los últimos ocho años, ni un agitador discurso anti-Trump, sino el de un estadista que contara una historia y evocara su visión de hacia dónde debe ir el país. Un discurso «por encima de la política» dirigido a todos los estadounidenses, incluidos los que votaron por Trump, quien ha prometido tumbar los principales logros de la Administración Obama tanto a nivel nacional como internacional.

Para evitarlo, en las últimas semanas, Obama ha promulgado unilateralmente algunas medidas y se está centrando en salvar su reforma sanitaria, que Trump quiere derogar en sus cien primeros días de Gobierno.

 

Sessions se defiende de las acusaciones de racista

El hombre elegido por Donald Trump para dirigir el Departamento de Justicia, el senador Jeff Sessions, se defendió ayer de las acusaciones de racismo durante su etapa como fiscal general en Alabama en los 80, tratando de tranquilizar a quienes temen que su deriva afecte a las minorías y a las libertades individuales, durante la audiencia en el Senado para ser confirmado en el cargo. Sessions prometió proteger a las minorías y luchar contra el ingreso de «indocumentados» en el país, confirmó su oposición al programa DACA, que ha permitido frenar durante dos años la deportación de 750.000 jóvenes y que calificó de «amnistía masiva», y rechazó la idea de prohibir a los musulmanes, como grupo religioso, entrar en EEUU.

Al inicio de la sesión, constantemente interrumpida por ciudadanos críticos con su designación, dos hombres disfrazados de miembros de la organización racista Ku Klux Klan agradecieron irónicamente a Trump que Sessions sea el próximo fiscal general. «No a Trump, no al KKK, no a unos Estados Unidos fascistas», gritaron.

El senador aseguró que no investigará personalmente a Hillary Clinton por el uso de correos electrónicos y por las polémicas donaciones de la Fundación Clinton, y se inhibirá del caso.

Las audiencias continuarán hoy.GARA