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RELEVO EN LA CASA BLANCA

Trump inicia su mandato enfrentado a sus agencias de espionaje

Donald Trump comenzará su mandato el próximo día 20 enfrentado a sus agencias de Inteligencia, a las que acusa de deslealtad y hacia las que ha reiterado su desconfianza, mientras los miembros de su futuro Gobierno intentan conciliarse con el espionaje.

Cuando aún faltan varios días para que sea investido presidente de EEUU, Donald Trump ha cavado una fosa de separación con sus futuros servicios de Inteligencia, a los que acusa públicamente de incompetencia y deslealtad, mientras los miembros de su futuro Gobierno, que pasan por las audiencias del Senado, se esfuerzan en expresar su respeto por las agencias de espionaje.

El que será director de la CIA, Mike Pompeo, llegó ayer ante los congresistas en una posición incómoda, nombrado por un presidente electo para dirigir una de las agencias a las que Trump ha criticado.

El magnate ha acusado a los servicios de Inteligencia de estar en el origen de la difusión en la prensa de un informe en el que se recogen relaciones con Rusia y otras informaciones comprometedoras. «Es escandaloso que las agencias de Inteligencia hayan permitido (la publicación) de una información que se ha revelado errónea y falsa», tronó, añadiendo que «es el tipo de cosas que hacía la Alemania nazi».

«Es realmente muy perjudicial para nuestra posición en el mundo que un presidente coja una de las joyas de la corona de nuestra defensa nacional y la denigre», replicó el actual vicepresidente, Joe Biden, quien lamentó que el magnate haya sucumbido al «juego de la narrativa rusa», que intenta implantar la idea de que «Estados Unidos no sabe lo que hace».

Las críticas de Trump tuvieron como respuesta una llamada telefónica del director que coordina las 17 agencias de inteligencia, James Clapper, que dijo estar «consternado» por la filtración de este documento no verificado que liga a Trump con el Kremlin. Clapper negó, además, que sus servicios estuvieran en el origen del texto ni de su difusión.

Trump se alegró de haber recibido la llamada y aseguró que Clapper había tildado de «falso» el informe, pero este evitó calificar el documento y su fiabilidad y se limitó a expresar su preocupación por su publicación «extremadamente amenazadora para la seguridad nacional».

Desde su elección, Trump ha desautorizado en numerosas ocasiones a los servicios que va a dirigir desde el 20 de enero, rechazando sus conclusiones sobre las interferencias de Rusia en la campaña presidencial. El pasado miércoles sostuvo, por primera vez, que Rusia estaba detrás del espionaje al Partido Demócrata, pero relativizó el caso afirmando que EEUU también es pirateado por otros países. Igualmente, el próximo presidente de EEUU insistió en su desconfianza hacia los servicios de Inteligencia señalando que no quiere recibir sus informes cotidianamente como es tradición. «Los recibiré cuando los necesite», declaró.

Pero quienes formarán su Gobierno se mostraron más conciliadores. El próximo jefe del Pentágono, James Mattis, afirmó que tiene un «muy alto grado de confianza» en el espionaje del país. Y el que será director de la CIA, Mike Pompeo, atribuyó el ciberataque a «altos responsables de Rusia», a la que calificó como una de las «principales amenazas» para EEUU y un «sofisticado adversario» en el ámbito de la ciberseguridad, contradiciendo el tono de Trump hacia Moscú y respaldando a las agencias de Inteligencia.

Los ataques de Trump «han afectado a la moral» de los agentes de Inteligencia, lamentó el senador Mark Warner, vicepresidente de la comisión de Inteligencia del Senado, durante la audiencia de Pompeo. El exdirector adjunto de la CIA, John McLaughlin, predijo «cuatro años particularmente difíciles» para estas agencias.

El autor del informe que apuntaba a que agentes rusos tendrían información comprometedora sobre Trump, es Christopher Steele, un exagente del servicio de Inteligencia exterior británico MI6, que según “The Daily Telegraph” ahora teme por su vida. Sin embargo, para el Gobierno ruso, el espía británico sigue en activo. Según el diario, el trabajo de Steele sobre Trump fue financiado primero por los republicanos contrarios a Trump y después por los demócratas, durante la campaña electoral.

El clima de desconfianza hacia los servicios de Inteligencia estadounidenses se contagió a Israel, donde el diario “Yediot Ahronot” asegura que miembros de estos servicios pidieron el Gobierno israelí que no comparta información sensible con Trump y su entorno, porque podría caer en manos de Rusia.

Por otra parte, el Departamento de Justicia analizará si el FBI cometió alguna irregularidad cuando su director, James Comey, divulgó a dos días de las elecciones que seguían abiertas las investigaciones contra Hillary Clinton por el uso de un servidor privado de correo electrónico para mensajes oficiales.

«Perro loco» afirma que Putin trata de romper la OTAN

El nominado del presidente electo estadounidense, Donald Trump, para dirigir el Pentágono, el general retirado James Mattis, apodado «perro loco», mostró una postura de confrontación ante Rusia y de defensa de la OTAN para tranquilizar a los electos republicanos en su audiencia de confirmación en el Senado, para contrarrestar así la admiración por Vladimir Putin expresada por Trump y sus críticas a los socios de la Alianza Atlántica por no aportar suficientes fondos.

Mattis aseguró que «hay que reconocer la realidad de que Putin ha querido romper la Alianza Atlántica» y que EEUU debe dar los pasos «necesarios», tanto de disuasión militar como diplomáticos o económicos, para «defendernos» de la actitud del presidente ruso. Afirmó que el orden mundial defendido por Washington «está ante los mayores ataques desde la Segunda Guerra Mundial» por parte de Rusia o China a la que, dijo, «es necesario oponerse si elige actuar contra nuestros intereses». El general retirado añadió que la OTAN debe potenciarse con misiones como el refuerzo de la presencia militar en las repúblicas bálticas como disuasión frente a Rusia.GARA

Dudas sobre el conflicto entre la Presidencia y los negocios

El plan anunciado por Donald Trump para desligarse de sus negocios privados plantea dudas sobre que realmente vaya a evitar conflictos de intereses. Trump llegará a la Casa Blanca «con más conflictos de intereses que cualquier otro presidente en la historia», afirmó el profesor de Derecho de la Universidad de Minesota Richard W. Painter. Trump ha forjado un imperio inmobiliario y otros activos calculados en unos 1.500 millones de dólares, con unos ingresos anuales de unos 160 millones. Pero no son datos exactos, ya que siempre se ha negado a dar a conocer las liquidaciones de impuestos. Según las medidas anunciadas por la abogada Sheri Dillon y la firma Morgan Lewis, los activos de The Trump Organization, que comprende un centenar de empresas, se integrarán en un fideicomiso que será manejado por dos de sus hijos, Eric y Donald Jr., y el ejecutivo de la firma Allen Weisselberg. La firma de un asesor ético será necesaria para todas las acciones «que pueden representar preocupaciones éticas o conflictos de intereses». Ese fideicomiso no podrá llegar a acuerdos en el extranjero y, supuestamente, el presidente tampoco podrá hablar de negocios con sus hijos ni les dará información oficial que no sea pública. Para el director de la Oficina de Éticas Gubernamentales de EEUU, Walter M. Shaub, lo prometido «no cumple con los estándares» necesarios y no despeja la duda de que pueda usar su posición oficial para beneficiarse. Además, no se trata de un «fideicomiso ciego», de terceras personas desligadas de él, sino de sus propios hijos, de total confianza, asesores durante toda la campaña electoral.

Más de una veintena de congresistas demócratas enviaron una carta al presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, para que exija «todos los documentos necesarios para evaluar los posibles problemas financieros, conflictos de intereses y violaciones constitucionales del presidente electo Trump, incluyendo en particular aquellos involucrados con inversionistas rusos».GARA