Mikel INSAUSTI
Crítico musical

Cliente muerto no paga, ¿o tal vez sí?

Lo de que los muertos no pagan está por ver, y es que en Hollywood los contratos se firman con sangre y son como una especie de pacto diabólico que va más allá de este mundo. Voy a poner dos ejemplos recientes: James Woods y Carrie Fisher.

El veterano actor es de armas tomar, y no conviene tener ningún litigio con él, ni tan siquiera a través de las redes sociales. Demandó a un tuitero que le llamó “cocainómano”, injurias por las que pide 9 millones y medio de dólares. Poco le importa que el comunicante anómimo haya fallecido antes de concluir el proceso, porque mantiene el pleito en los juzgados contra sus herederos.

Se ha hablado mucho de la actriz de la saga “Star Wars”, aunque al final su posible digitalización post-mortem ha sido desmentida por Disney. No habrá explotación de su imagen por medio de las nuevas tecnologías, pero la compañía del tío Walt cobrará una indemnización de 50 millones de dólares de la que habrá de hacerse cargo la compañía de seguros de la finada, debido a incumplimiento de contrato. Reapareció en el VII episodido de la saga galáctica, y su parte para el VIII ya se rodó y aguarda en la sala de montaje. Falta, sin embargo, su concurso en el IX, lo que ya resulta del todo imposible. A no ser que resucite acumulará deudas en el cementerio.