El fundador de Wikileaks, Julian Assange, aprovechó ayer el primer aniversario de un dictamen de un comité de la ONU a su favor para pedir a Londres y Estocolmo que le permitan salir libre.

«Pido al Reino Unido y Suecia que hagan lo correcto y restauren mi libertad», dijo en un comunicado un año después de que el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias dictase que su refugio en la embajada ecuatoriana en Londres equivale a una detención arbitraria y pidiese su libertad.

Londres y Estocolmo rechazaron el dictamen del grupo de la ONU, algo que, según afirmó ayer Assange, «pone en peligro el sistema de derechos humanos».

El periodista australiano entró en junio de 2012 en la embajada buscando asilo político tras agotar todos los recursos para no ser extraditado a Suecia, que lo acusa de varios delitos sexuales.

Ese país reclama su extradición para esclarecer su supuesta implicación en cuatro delitos sexuales que él niega, pero de esos cuatro, dos por acoso sexual y un tercero por «coerción ilegal», prescribieron ya en pasado agosto.

El más grave, una violación «en grado menor» a una joven, sigue vigente hasta 2020.

Assange se niega a salir de la embajada ecuatoriana por el riesgo a ser extraditado a Suecia, que podría entregarlo a EEUU, donde podría ser condenado por haber filtrado en 2010 a través de Wikileaks cerca de 500.000 documentos confidenciales sobre Irak y Afganistán y 250.000 comunicaciones diplomáticas.

Washington mantiene desde 2010 la amenaza de demandar a Assange, pero nunca ha comunicado oficialmente si ha presentado cargos en su contra.