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parís

Fillon pide perdón por contratar a su familia y se aferra a la candidatura

El candidato de la derecha a las elecciones presidenciales, François Fillon, acorralado por escándalos de supuesta contratación ficticia a su esposa e hijos, reconoció el error de haber contratado a familiares pero defendió su legalidad, y pasó a la ofensiva manteniendo su candidatura, mientras sigue cayendo en las encuestas.

François Fillon, candidato de la derecha a las elecciones presidenciales francesas, reconoció ayer haber cometido un error al contratar a su esposa y sus hijos como colaboradores durante su etapa como parlamentario y presentó sus excusas por ello a los franceses. «Hay viejas prácticas de la vida política que no son aceptables», admitió en una rueda de prensa ante más de 200 periodistas, en la que se refirió a estos contratos como «una colaboración de confianza que hoy suscita desconfianza».

Pero, aun así, siguió manteniendo que todo fue legal. Frente a las acusaciones de que contrató a su mujer en un empleo ficticio, carente de contenido, aseguró que el salario de Penelope Fillon «estaba perfectamente justificado».

«Ocupó este puesto durante 15 años y por una remuneración mensual media de 3.677 euros netos. Un salario perfectamente justificado para una persona diplomada en derecho y letras», declaró el candidato.

Intentó también explicar las declaraciones de su esposa en una entrevista en la que negó haber sido la asistente de su marido. Fillon lo justificó porque ella «nunca había estado subordinada. Siempre ha sido, antes que nada, mi compañera de trabajo y mi colaboradora. Penelope nunca ha reivindicado un papel público. Ha ejercido en la discreción», y sostuvo que «su forma de actuar fue digna».

Contraofensiva

«Soy honesto. Esta acusación cayó sobre mi como un rayo», asegurando que actuó «por mi país sin quebrantar la ley», a la vez que lanzó la acusación de un linchamiento mediático.

A menos de tres meses de la primera vuelta de las presidenciales, el 23 de abril, el que fuera favorito en las encuestas se enfrenta a una presión creciente desde que la prensa francesa revelara los supuestos empleos ficticios de su esposa y sus hijos.

Acorralado por el escándalo, ayer decidió contraatacar con esta intervención no prevista para dar explicaciones sobre el caso, intentando pasar a la ofensiva, después de que casi cada día –hasta ayer mismo– haya ido escuchando nuevas acusaciones. Y frente a la presión de las acusaciones y las dudas en su propio bando, Fillon se aferró a la candidatura.

Además de defenderse se mostró combativo: «empieza una nueva campaña», afirmó, e insistió en su voluntad de ir hasta el final descartando la posibilidad de un «plan B» con otro candidato en la derecha.

Los Republicanos se enfrentan a la disyuntiva de mantener a un Fillon en caída libre o elegir un candidato alternativo a última hora, ante la posibilidad de ser eliminados en la primera vuelta. Según un sondeo de Opinionway, Fillon quedaría tercero en una primera vuelta con entre el 18% y el 20% de los votos, detrás de la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen (25%) y el centrista Emmanuel Macron (21% a 22%), en constante ascenso. Para la segunda vuelta, el vencedor sería Macron por un amplio margen, (65%), 30 puntos por encima de la líder del Frente Nacional.

El sondeo sume en la irrelevancia al candidato del Partido Socialista, Benoît Hamon, que figura con tan solo un 14% en las estimaciones de voto.

El candidato del Frente de Izquierdas, Jean-Luc Mélenchon, aparece en quinta posición, con un 11% de los apoyos. Otra encuesta reflejaba el rechazo que provoca Fillon al indicar que el 68% de los franceses no quiere que mantenga su candidatura.

Dudas en la derecha

Fillon debe convencer primero a sus propios correligionarios y hoy se enfrenta a una reunión de parlamentarios del partido que puede resultar explosiva. Algunos cargos se han enfrentado al estupor, cuando no a la cólera, de sus electores durante el fin de semana, conscientes de que la imagen del candidato ha quedado muy dañada por las sospechas de abuso del sistema.

El diputado Georges Fenech, que apoyó a Nicolas Sarkozy, pidió ayer a los parlamentarios un vuelco porque el resultado de las primarias ya está «caduco».

François Bayrou –quien aún no despeja la duda sobre su intención de presentarse como alternativa– instó a Fillon a retirarse. «Los franceses piensan, y yo pienso como ellos, que no hay otra solución que esta para retomar un debate que esté a la altura», afirmó.

Entre los nombres de un posible plan B surge el de Alain Juppé, derrotado en las primarias, y por ello «con más legitimidad», según el ex primer ministro Dominique de Villepin. Pero Juppé se descartó ayer «clara y definitivamente».

Ahora, también «financiación ilegal»

La Justicia francesa estudia si amplía las acusaciones contra el candidato conservador a la Presidencia, François Fillon, a los delitos de financiación ilegal de una campaña electoral y de tráfico de influencias, según el diario «Le Monde».

El rotativo asegura que de su interrogatorio ante los investigadores que analizan los supuestos empleos ficticios de la esposa de Fillon y sus hijos se desprenden otros posibles cargos contra el ex primer ministro. Fillon declaró que su hijo Charles, contratado como asistente suyo en el Senado, trabajó en realidad para la campaña presidencial de Nicolas Sarkozy en 2007, lo que puede abrir una nueva vía de investigación por un posible delito de «financiación ilegal de campaña electoral». Los investigadores analizan si también pudo haber un delito de tráfico de influencias en la atribución en 2010 de la Gran Cruz de la orden nacional de la Legión de Honor al empresario Marc Ladreit de Lacharrière, dueño de la publicación «La revue des deux mondes», que contrató la esposa de Fillon, en 2012. Los agentes sospechan que pudo tratarse de un favor a cambio de la condecoración. Fillon cuestionó la actuación judicial, dando a entender que estas filtraciones tienen la complicidad del gobernante Partido Socialista, y cuestionó que la Fiscalía Nacional Financiera sea la más adecuada para su proceso.GARA