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Trump recibe a Trudeau, su antagonista canadiense

El presidente de EEUU, Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, mostraron sus diferencias sobre inmigración y la acogida a los refugiados, pero evitaron polemizar sobre una cuestión en la que muestran posturas antagónicas, y también adoptaron un tono conciliador sobre la cuestión de los intercambios comerciales.

Antagónicos no solo en sus políticas hacia los inmigrantes, sino en su trayectoria política, su discurso y sus formas, el presidente de EEUU, Donald Trump, recibió al primer ministro de su vecino del norte, Justin Trudeau, y, si bien dejaron claras sus divergencias, ambos evitaron criticarse abiertamente. Pese a huir de la polémica, la falta de complicidad contrastó con la que Trudeau exhibió con Barack Obama.

«La última cosa que los canadienses esperan de mí es que venga a dar lecciones a otro país», afirmó Trudeau, que se limitó a defender su política hacia los refugiados. El primer ministro insistió en que su país continuará con la apertura hacia los refugiados y seguirá siendo «un ejemplo positivo para el mundo», capaz de conseguir una «sociedad libre» en la que los ciudadanos puedan a su vez sentirse seguros.

Trudeau recordó que Canadá acogió a casi 40.000 refugiados sirios el año pasado y defendió que este postura es absolutamente compatible con su voluntad de no comprometer la seguridad.

«No dejar entrar a los malos»

Por su parte, Trump, cuyo decreto migratorio ha sido bloqueado por los tribunales y señala a los refugiados como potenciales «terroristas», reivindicó su postura. «No podemos dejar a entrar a las malas personas (...) Los ciudadanos de nuestro país lo quieren», afirmó defendiendo que su política migratoria es «de sentido común».

El primer ministro canadiense publicó un mensaje en Twitter poco después de que Trump firmase el 27 de enero el polémico decreto que impedía la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y que paralizaba el programa de acogida a refugiados. «Bienvenidos a Canadá», escribió.

Relaciones comerciales

Otra de las cuestiones espinosas entre ambos países es el tratado de libre comercio norteamericano NAFTA, pero Trump dejó claro que su principal preocupación es México y no Canadá.

El presidente estadounidense ha anunciado su intención de renegociar el tratado y sostiene que ha perjudicado a su país. «Mantenemos excelentes relaciones comerciales con Canadá», afirmó Trump, quien añadió que solo necesita «simples ajustes». «Haremos ciertas cosas que van a beneficiar a nuestros dos países. Es una situación mucho menos grave que lo que ha ocurrido en la frontera sur», afirmó.

En ese caso, subrayó, «la transacción (comercial) ha sido extremadamente injusta» durante años. «Vamos a trabajar con México, vamos a hacer que sea un trato justo para ambas partes. Creo que vamos a llevarnos muy bien con México», agregó Trump, que dijo que se encargará de que «todo el mundo esté contento».

Canadá y Estados Unidos, que comparten la frontera más larga del mundo entre dos estados, mantienen relaciones comerciales muy estrechas. Tres cuartas parte de las exportaciones canadienses están destinadas a su vecino del sur y Canadá es el primer destino de las exportaciones de 35 estados de EEUU.

Trudeau, ferviente defensor del libre comercio frente al discurso proteccionista de Trump, le insistió en la necesidad de mantener la circulación sin trabas de bienes y personas entre ambos países porque, aseguró, «millones de empleos» a ambos lados de la frontera, dependen de ello.

 

El asesor de seguridad, en la cuerda floja

El cargo del asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Michael Flynn, está en juego por la posibilidad de que mintiera a altos cargos del Gobierno sobre sus conversaciones con el Ejecutivo ruso. Las dudas acerca de Flynn, un teniente general retirado que ha asesorado a Trump sobre política exterior desde la campaña electoral, han aumentado en la Casa Blanca después de que la semana pasada salieran a la luz informes de prensa sobre sus conversaciones con el embajador ruso en EEUU, Sergei Kislyak.

Según “The Washington Post”, Flynn habló con Kislyak en varias ocasiones durante los dos meses previos a la llegada al poder de Trump , y conversó con él sobre las sanciones impuestas a Moscú. Esa información contradice lo expresado por varios altos funcionarios del Gobierno, incluido el vicepresidente, Mike Pence, quienes habían negado que Flynn hubiera abordado las sanciones con el embajador ruso y que ahora están indignados con él, según los principales diarios del país.GARA