Pablo CABEZA
BILBO

Vendetta se encuentra en su mejor momento y sin complejos creativos

Vendetta cuenta con el potencial necesario como para mantenerse en primera línea, pero no resultaba sencillo intuirlo en 2009, cuando previamente Skalariak funcionaba bien, pero sin máximos. Vendetta se ha vitaminado disco a disco. Con «Bother» la banda estiliza cuerpo, actualiza sonido y ahonda en sus referentes musicales.

El ska acelerado de “Crédito hipotecario”, tema incluido en “Aurtengo gorakada 10” (Gor Discos), presenta en 2009 a una banda nueva, Vendetta, bien curtida en grupos como Mala Fama, Drindots, Burni, Ortzi Folk, Stupenda Jones, Los Huracanes, Equus, Kalegiñez o/y, sobre todo, Skalariak. Nace Vendetta con el ska como referencia, pero con el sonido jamaicano bastante asumido, no tomado por referencias cercanas dadas a la perversión del estilo.

Ocho años después, la banda de Sakana regresa con “Bother” (Maldito Records), diez canciones que actualizan su sonido sin perder la esencia del ska jamaicano; si cabe, se profundiza aunque las programaciones ronden la mayoría de canciones. Cabe señalar que el dancehall no se encuentra muy lejos del mundo de pregrabados y arreglos al uso.

“Bother” es un álbum impecable. Su brillo se basa en melodías inspiradas, arreglos versátiles, impecable instrumentación, buenas letras y los sugerentes arreglos de programaciones en un punto equilibrado donde todo suena fresco y renovado. El trabajo de actualización es de todos, pero no cabe duda de que la producción de Pello Reparaz, trombón, programaciones y voces, ha colocado “Bother” en la cumbre de su discografía. Sin “canción” no hay sueño materializable ni nada sobrio sobre lo que trabajar, así que las composiciones son parte clave en el proceso, y ahí están soberbios. Bien lo saben “No sabéis amar”, “No volveré”, “Batasuna”, “Aún quedan ganas”, “Pao Pao Pao”, “Reggaean hegan”, “Bother the police”, “Qué importa”, “Zai” o “Madre”. Vaya, qué casualidad, los diez títulos del disco.

Primero las canciones, su base, cuidar las letras, posteriormente los detalles y, en todo momento, seguir la actualidad internacional son factores que ayudan a singularizar y crecer con sabiduría. El pasado no puede resolver el presente si no se vive en este y en estado de alerta. «Siempre hemos utilizado sonido electrónico producido de forma mecánica (guitarra eléctrica, Hammond, etc.), pero los sonidos que en este caso hemos implantado son exclusivamente electrónicos. Provienen de sintetizadores y de plug-ins digitales. Las influencias en Vendetta son muy dispares y, por ejemplo, en mi caso la música electrónica es pan mío de cada día: desde Major Lazer a Alt-J, pasando por lo último de Bon Iver. De esta forma, este proceso de investigación en nuestro propio estilo, ha sido muy natural. Desde mi punto de vista, no todo lo que brota en una plaga es maleza, así que siempre habrá donde elegir. Creo que tanto yo como Vendetta estamos llegando a un punto en el que tenemos menos complejos que nunca. Y eso es algo que me encanta», expresa Pello Reparaz, a quien justo hace diez años entrevistábamos en el debut de la banda Kaleguinez, donde tocaba la batería. Retomando el sutil aspecto electrónico de “Bother”, matiza: «Ha sido curioso ver como el mismo sonido y el mismo concepto de programación resultaba muy diferente dependiendo de la canción en la que se aplicaba. No ha sido fácil equilibrar la balanza en algunos casos, y en otros directamente no he querido hacerlo, dado que no deseo cerrarle puertas a eso que considero que es parte de mí».

Líneas atrás se mencionan como canciones destacadas de “Bother” cada uno de los temas del disco, sin ánimo de piropo gratuito. No obstante, quizá haya títulos como para poseer el estatus de auténticos singles. De hecho, cabe suponer que para Vendetta dar con dos canciones single como “Pao pao pao” y “Bother the police” fueron garantía suficiente como para pensar que el álbum estaba más o menos encaminado. «Creo que el hecho de parir dos temas que desde mi punto de vista transmiten fuerza, en los que se palpa la esencia de la banda y que en este caso aportan aire fresco a lo que es el sonido del grupo, es algo que motiva y da seguridad a los compositores. Son las canciones con las que empecé el proceso de investigación que más tarde nos llevaría al sonido de ‘Bother’», razona Reparaz.

Hace un mes “Pao pao pao” y “Bother the police” contaban con 50.000 escuchas en Spotify, un buen dato, ahora ya han superado las 60.000, 5.000 más en el caso de la segunda. Son cifras notables para un disco que tiene poco menos de dos meses. Queda mucho para los 600.000 clicks de “Udarako gau luzeak” o el medio millón de “Begitara begira”, pero cabe imaginar que las actuaciones por salas, los bolos del verano y la tendencia van a colocar estas dos canciones muy arriba en muy poco tiempo. «Hacemos un seguimiento de la respuesta que da la gente a nuestros trabajos en diferentes plataformas (Spotify, Youtube…) y también reacciones en redes (Facebook, Twitter, Instagram…). Los números son muy buenos, y es importante ver como este último trabajo además de ser un paso adelante en otros aspectos, lo es también en repercusión. Quizás lo mejor de todo es el descontrol que se genera ya tras las miles de descargas gratuitas desde la web!».

Por otra parte “Bother” ya es descargable gratuitamente, aunque nada mejor que una escucha directa desde el digipack, sin perder matices ni detalles. «Nosotros somos melómanos de la música y frikis también del sonido. Y bien es verdad que a veces, después de meses trabajando en arreglos para equilibrar el rango de frecuencias, en más cuerpo o menos cuerpo, en más brillo o menos brillo y en una cuidada mezcla estéreo, nos duele un poco que se escuche “Bother” en un pequeño altavoz mono de un móvil. Pero nos guste o no, va a suceder. Y si hay gente que nos quiere escuchar así, ahí nos va a tener».

Las diez canciones son de repertorio en directo, quizá “Madre” sea más especial, aunque entrañable y exquisita. Ante este panorama y más de sesenta canciones grabadas el setlist puede ser un conflicto complejo de resolver: «Vendetta es ‘Bother’, ¡más todo lo anterior!. Nos sentimos con ganas de plasmar en un directo lo que somos. Parece que será un buen recopilatorio, pero con un toque nuevo y muchísima energía. Los conciertos de Bilbo, Donostia, Iruñea y otros como los de Madrid o Valencia serán la primera explosión de laboratorio».

Más purismo

El reggae y el ska toma más esencia jamaicana que en proyectos anteriores, lo que no resta que el oyente pueda encontrarse con un tema descaradamente pop-soul luminoso como “Qué importa”. «Un nuevo ejemplo de la variadísima paleta de influencias con la que jugamos siempre. Aun así, creo que en este disco hemos querido cerrar un poco ese amplísimo abanico estilístico que abarcábamos en trabajos anteriores para centrarnos más en lo que es el ska, el rocksteady y el reggae y buscar una vuelta a nuestro sonido. Pero bien es verdad que el tamiz popero de ‘Qué Importa’, junto con esa base un tanto soul-rock, es de lo que más se escapa de esa línea estilística anteriormente citada».

De hecho, “Reggaean hegan” profundiza en la raíz, sin ser la única, y “Madre” sublima. «Arreglar y producir temas como los que mencionas es una auténtica gozada. Hay siempre mucho espacio y es un mundo ahondar en la longitud de cada sonido programado y en los efectos que puedes aplicar sobre las pistas acústicas. Aparte es en este tipo de temas en los que las programaciones quedan más desnudas. Los sonidos que he elegido para “Bother” son sonidos que en una época se identificaban con ciertos movimientos u olas musicales de dudosa reputación (al menos en nuestro circuito), y el hecho de descontextualizar estos sintetizadores cutres de finales de los ochenta e implantarlos en la música que ya veníamos trabajando, ha sido un reto muy enriquecedor. Aún más en canciones como estas, en las que el sonido es fácilmente identificable , por lo tanto hay que tratarlo con más cariño si cabe»