A.L.
DONOSTIA

El proceso de desarme de las FARC arrancará el 1 de marzo

El general Javier Flórez anunció ayer en una rueda de prensa en Bogotá junto al Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, que el proceso de dejación de armas comenzará el 1 de marzo. «Ese día, los 137 integrantes –de las FARC– del Mecanismo de Monitoreo y Verificación –del que también forman parte las Fuerzas Armadas y la ONU– entregarán a Naciones Unidas sus armas cortas. Además, según nos informó el Secretariado de las FARC ya recogieron el armamento de las milicias, que fue llevado en los movimientos que se hicieron hacia las zonas, y será entregado a la ONU. De igual forma, el 30% del armamento. Las 26 sedes locales del mecanismo tripartito disponen de cajones especiales para su almacenamiento», explicó Flórez.

«El marco de los 180 días se mantiene intacto, ese es el tiempo para el desarme como se acordó», afirmó Jaramillo.

El lunes, el presidente Juan Manuel Santos declaró activas las 19 Zonas Veredales Transitorias de Normalización y los 7 Puntos Transitorios.

Acompañado por su esposa, uno de sus hijos, los ministros de Hacienda, Interior, Trabajo, Transporte y Cultura, el Alto Comisionado para la Paz y el Alto Consejero para el Posconflicto recorrió junto al jefe negociador de las FARC y miembro del Secretariado, Iván Márquez; Jesús Santrich, del Estado Mayor Central; y el comandante del Bloque Sur Marín Corena las obras de adecuación de la Zona Veredal de La Carmelita, en Putumayo, que acoge a 438 guerrilleros.

«Todavía nos quedan muchos obstáculos y desafíos por vencer, pero ya hemos llegado a esta etapa. No importa si estamos en un lado político o en el otro. Se trata de respetar las diferencias, de dejar los fusiles a un lado y seguir construyendo», dijo Santos, que ofreció declaraciones a la agencia Nueva Noticias Colombia de las FARC.

En opinión de Jaramillo, esa fue una jornada «muy emocionante. Por primera vez, un presidente se dirigía a unos guerrilleros en tránsito a la vida civil, inspeccionó el estado de las zonas, dio instrucciones, tomó decisiones. Lo que primó fue un ambiente extraordinariamente positivo. Ver a los guerrilleros trabajando en la construcción de sus alojamientos, o a nuestras fuerzas militares trabajando con la ONU y las FARC es la muestra de que todo lo que se hizo en La Habana ya comienza a ser una realidad».