La reunión en Baden-Baden de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20, que reúne a las grandes economías y los principales países emergentes, concluyó ayer con una declaración final de la que se retiró la tradicional condena al proteccionismo económico y su apoyo al acuerdo de París sobre el clima, reflejando las reticencias del Gobierno de EEUU.

«Trabajamos para reforzar la contribución del comercio a nuestras economías» se limita a afirmar la declaración laboriosamente negociada en la cumbre del G20 Finanzas, celebrada el viernes y ayer en Baden-Baden (Alemania). La tradicional condena al protec- cionismo económico, que el G20 hace siempre, desaparece esta vez de la declaración final.

El texto hace una mera referencia simbólica a la necesidad de fortalecer la contribución del comercio a la economía, con lo que se pone fin a una década de rechazo sin fisuras al proteccionismo. Esta omisión supone una clara derrota para Alemania, país anfitrión, que defendió mantener los compromisos previos del grupo.

«El lenguaje histórico (del G20 en sus comunicados) no era pertinente, y lo que es pertinente es lo que hemos acordado como grupo: incrementar la contribución del comercio a nuestras economías (...)» comentó el nuevo secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, en conferencia de prensa al término de la reunión.

Luego lanzó una advertencia de más calado. «Algunas partes de la OMC no son aplicadas, y vamos a intentar con tenacidad que se apliquen en interés de los trabajadores estadounidenses», dijo Mnuchin.

El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, señaló que Estados Unidos sigue creyendo en el libre comercio, pero quiere reexaminar algunos acuerdos y corregir algunos excesos. «Queremos reexaminar algunos acuerdos, hemos hablado de reexaminar el TLCAN (de Estados Unidos con México y Canadá)», indicó.

La OMC, con 164 países, es también el foro donde la comunidad internacional intenta, con enormes dificultades, hacer avanzar grandes rondas de liberalización del comercio, eliminando aranceles y subsidios en todos los sectores. El Gobierno de Donald Trump ha hecho del patriotismo económico su principal bandera.

Los líderes dieron además marcha atrás a la promesa de apoyar la financiación para la protección ambiental y contra el cambio climático, el Acuerdo de París de 2015, un resultado previsible después de que el Trump defendiera públicamente que el cambio climático es una falsedad.

El tema «no me incumbe», se limitó a indicar Mnuchin.