El tiempo adverso invitaba a resguardarse en casa, pero minutos antes de las 17.00 los alrededores del estadio de Anoeta se fueron llenando de gente. De la boca del topo de las 16.48 salieron un tropel de familias y cuadrillas, paraguas en mano, dispuestos a completar el recorrido hasta el Boulevard. «¿Qué hay, partido?», preguntaba algún despistado.

¡Qué sorpresa se llevaron los más pequeños al ver un grupo de caballos! Estos encabezaron la marcha, junto con el sonido del cuerno. Después venía la pancarta principal, con el lema “Alternatiba dagoelako erraustegirik ez”, y detrás, miles de personas. Según iba avanzando la manifestación se fueron sumado más adeptos que esperaban en las aceras. Además de donostiarras, se acercaron vecinas y vecinos de diversos pueblos de Gipuzkoa. Según el recuento de GARA, se reunieron en total unas 4.000 manifestantes.

Primero enfilaron la avenida de Madrid para llegar a la antigua estación de Amara. Durante el camino reinaba el buen humor. Se veían muchas pancartas (de Eguzki, que también llevaba máscaras; de Tolosaldea, que reclamaba una sanidad pública de calidad; de Duintasuna, que reivindicaba que los jubilados tampoco quieren la incineradora...). Y se escuchaba un único grito: «Bai, badaukagu alternatiba! Ez, ez, ez, errausketarik ez!».

Tras el galope de los caballos, tomaron la avenida de Sancho el Sabio, luego el Buen Pastor... Cuando la cabeza de la marcha llegó al Boulevard, a la cola le faltaba un buen cacho, por lo que se entretuvieron danzando distintas coreografías, con la ayuda de un animador. Así, convirtieron los paraguas en elementos artísticos.

Una crisis también sanitaria

En el mensaje final, leído en euskara y en castellano, señalaron que no aceptarán una incineradora que «perjudicará la salud, el medio ambiente, el empleo y las finanzas públicas de toda la ciudadanía de Gipuzkoa ¡hasta 2051!».

Recordaron, asimismo, que vivimos en tiempos de profundas crisis: económica, política, ecológica, social, humanitaria... También sanitaria. Tantos cánceres, enfermedades congénitas y de todo tipo... Con todo lo que sabemos ya de las consecuencias de la contaminación, ¿cómo vamos a permitir ahora una incineradora?».

Censuraron que en una situación de paro masivo, precariedad, desahucios, aumento de la pobreza y recortes sociales, las administraciones «se endeuden en inversiones faraónicas» y quieran «hipotecar la vida de la ciudadanía para otros 35 años».

Llevan rechazando este proyecto muchos años (en Irun, Hondarribia, Urnieta, y ahora en Zubieta) y se felicitaron porque aún no existe la incineradora. «Además, hace años que en Gipuzkoa funciona una alternativa mejor, más limpia, saludable y barata en más de la mitad de los municipios del herrialde. «Con una recogida selectiva aprovechamos, compostamos y reciclamos gran parte de los residuos. Y podemos tratar el resto sin incinerarlo». Defendieron que todos los municipios pueden y deben entrar en esta vía. «Si más de la mitad son capaces de reducir su basura final hasta los 80 o 50 kilos por persona al año, ¿por qué algunos siguen generando 250 o 300? Sabemos cómo gestionar mejor nuestros residuos: hagámoslo», emplazaron tanto a las autoridades y partidos como a la ciudadanía.