La máxima expresión de lo que EH Bildu quiere ser –y ya es en muchos sentidos– vino una vez terminado el evento que tuvo lugar en el Baluarte. Camino de un bar, la comitiva se topó con una persona que se sentía indispuesta. Joseba Asiron, que había hecho las veces de anfitrión, acudió a su auxilio y junto con la concejala de Bilbo Alba Fatuarte y otros compañeros la atendió hasta que vino la ambulancia. Hasta aquí, nada que no hubiesen hecho otros políticos u otro alcalde. Pero, pese a estar rodeados de responsables de prensa y comunicación, no hay imágenes y este episodio solo trascenderá por haber ocurrido delante de un periodista.

Por encima de las siglas –que deben guiar, acompañar y negociar el devenir de esta fuerza política–, para muchos el gran valor de EH Bildu son esas personas que, viniendo de disciplinas y culturas políticas diferentes, se han implicado en este momento histórico y no responden a la idea canónica de «políticos». Un centenar de ellos y ellas se reunieron ayer en Iruñea.

Compromisos claros

El documento que ayer firmaron los representantes de Alternatiba, Aralar, Eusko Alkartasuna y Sortu recoge la necesidad de abrirse a personas que no se identifiquen necesariamente con alguno de estos partidos.

El texto recoge dos compromisos. El primero consiste en «pasar de ser una coalición de partidos políticos a ser un sujeto político, con su identidad y militancia, abierto, inclusivo, participativo y plenamente democrático». Esto no implica la pérdida de «autonomía e identidad de los partidos políticos fundacionales» y apuesta por «mantener nuestros respectivos discursos, perfiles y espacios partidarios» por pensar que eso refuerza a EH Bildu.

El segundo compromiso es «actualizar la propuesta soberanista y de izquierda transformadora para Euskal Herria». Esto pasa por «diseñar y, en colaboración con todas aquellas fuerzas políticas, sociales y sindicales que lo deseen, coliderar un proceso soberanista de corte transformador, orientado a la construcción de un estado propio y socialmente avanzado para los vascos y las vascas».

Tras la presentación de estos compromisos por boca de Rebeka Ubera y Oskar Matute, una vez rubricados también por Arnaldo Otegi y Pello Urizar, la alcaldesa de Barañain, Oihaneder Indakoetxea, y Maddalen Iriarte expusieron qué hacen en política, la importancia de lo logrado, los valores que defiende su movimiento y los retos que tiene el país. Sus discursos demostraron de nuevo que la clave es el factor humano. Iriarte terminó al grito sereno de «Gora Euskal Herria librea!».