GARA
MADRID

El Reina Sofía muestra el doloroso camino al «Guernica»

«Piedad y terror en Picasso» es el título de la muestra con la que el Museo Reina Sofía celebra desde hoy los 80 años del «Guernica» de Picasso y los 25 de la llegada de la obra al museo, y en la que se muestra una selección de casi 180 obras del artista malagueño. Mientras, las peticiones de su traslado a Gernika caen en en saco roto desde hace años.

La exposición narra el camino creativo y la “metamorfosis” que sufrió Picasso a finales de los años 20 y que le llevó a construir en 1937 el “Guernica” por encargo del Gobierno de la II República, para el pabellón de la Expo de París, un mural en blanco y negro que se ha convertido en el grito antibelicista más famoso del siglo XX.

Una obra en la que Picasso deja su inicial optimismo y donde refleja el terror del siglo XX, con una realidad marcada por la guerra, el nazismo, la II Guerra Mundial, la Guerra Civil, el miedo y la muerte. De ahí, el título de la muestra.

Picasso efectuó ocho versiones del cuadro hasta llegar a la definitiva, en la que el caballo herido desafiante ocupa la posición central y el sol se transforma en luz artificial a través de una bombilla. El cuadro no representa únicamente el bombardeo de Guernica, sino que es el símbolo, la metonimia, de la tragedia de la guerra, donde todo es violencia, horror, dolor, gritos mudos, cuerpos mutilados, brazos y piernas por el suelo; y donde una madre, al lado de un toro, llora llevando al hijo muerto en sus brazos, en medio de las llamas.

Picasso, en una entrevista publicada el 13 de marzo de 1945 en la revista estadounidense “New Masses”, avala esta idea al afirmar sobre el simbolismo del cuadro: «El toro no es el fascismo, aunque sí la brutalidad y la oscuridad».

El director del museo Reina Sofía Manuel Borja-Villel, participó en la presentación de la exposición, donde estuvo acompañado por los comisarios de la exposición, Timothy J.Clark y Anne M. Wagner, historiadores de arte y profesores eméritos de la Universidad de Berkeley (EEUU), y por la jefa del área de colecciones del museo, Charo Peiró.

Complejidad

Clark incidió en la dificultad que conllevaba el proyecto de esta muestra por la necesidad de contemplar estas obras presentadas y la excepcionalidad de poder reunirlas, como “Las tres bailarinas” (1925) de la Tate de Londres.

Además tanto Clark como Wagner precisaron que han intentado reflexionar de manera diferente sobre esta obra universal. «El contexto político no está tan presente como se podía esperar, pero muchos ya han analizado este contexto y eso no va a desaparecer, pero ese no era nuestro papel. Hemos preferido acercarnos a Picasso como persona», afirmó el comisario, que también destacó la crisis sufrida por Picasso a finales de los años 20. «Antes de 1937, la obra de Picasso no tenía dirección, estaba perplejo por los acontecimientos y el terror, el miedo y la muerte se convierten en su tema. Lo plasma en algunas de sus obras, como el cuadro ‘Las tres bailarinas’ y es ahí donde empieza el terror en sus obras».

Por su parte, Anne M.Wagner destacó los dibujos de Picasso en blanco y negro y en color, en los que aborda la muerte de inocentes, hasta llegar al “Guernica”. «Estudia a las mujeres de una manera diferente. Hay una transformación de su pensamiento. Dibuja a las madres sufridoras y las dibuja incluso como un arma, sus pechos dejan de ser parte del alimento para ser armas», argumenta la comisaria.

«No hay hombres y esa es la razón por la que el cuadro ha atraído de forma poderosa al público en el siglo XX y ha comunicado tanto. Hizo una obra de sufrimiento de madres, niños y animales», matizó.

Para llegar e indagar en el camino de Picasso al Guernica, además de “Las tres bailarinas” destacan también “La escultura de mujer en el jardín” (1930), del Museo Picasso de París; y "Mujer peinándose (1940), del MoMA; “Desnudos de pie junto al mar” (1929), del MET de Nueva York o “Mandolina y guitarra” (1924) del Museo Salomon R. Guggenheim y “Monumento. cabeza de mujer” (1929) de una colección particular. El Reina Sofía se acerca así a un Picasso pre y post “Guernica”, «aterrado por la guerra y atento al sufrimiento femenino».

Dividida en diez salas, el “Guernica” es el epicentro de la muestra alrededor de la cual giran las piezas anteriores y posteriores de Picasso.

El Museo Reina Sofía de Madrid alberga la icónica obra de Picasso desde 1992, año en que llegó procedente del Casón del Buen Retiro. Llevaba 11 años en Madrid cuando el cuadro llegó tras estar expuesta en el MoMA de Nueva York. El pintor malagueño pidió en 1958 que no se moviera más de allí, ya que después de su paso por la Expo parisina la obra viajó por Noruega, Dinamarca, Suecia y Londres.

En estos últimos años se han llevado a cabo numerosas iniciativas para que la obra de Picasso venga a Euskal Herria, a Gernika, peticiones que han caído en saco roto.