El presidente del Gobierno de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, presentó ayer su dimisión apremiado por un hipotético acuerdo de la oposición para sacar adelante la moción de censura impulsada por el PSOE, que contaba con el apoyo expreso de Podemos y que Ciudadanos iba a respaldar solo en el caso de que supusiera la convocatoria de elecciones. Lo hizo horas después de que el instructor del «caso Púnica» en la Audiencia Nacional española, Eloy Velasco, pidiera al Tribunal Superior de Justicia de Murcia que le investigue por los presuntos delitos de cohecho, fraude y revelación de información.

Ciudadanos descartó apoyar un Gobierno alternativo con el resto de la oposición y anunció que renegociará el punto del acuerdo de investidura con el PP referido a corrupción. Anunció su apoyo al PP siempre que su candidato «esté limpio y no tenga problemas con la Justicia».

Sánchez, arropado por varios miembros de su Gobierno, aseguró que renuncia «para salvar a Murcia del tripartito», en referencia a un hipotético acuerdo de Gobierno entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, que se mostró convencido de que ya estaba cerrado y consideró una injusticia mayor que la que estaba ocurriendo con él.

Sánchez ganó las autonómicas de mayo de 2015 y fue investido presidente un mes después tras el acuerdo entre el PP y Ciudadanos, que hace dos semanas rompió el acuerdo de investidura tras su imputación en el «caso Auditorio» de presunta corrupción en la adjudicación y construcción de esa infraestructura municipal durante su etapa de alcalde de Puerto Lumbreras.