GARA
parís

Los once candidatos debaten ante los comicios presidenciales más inciertos

Con un alto porcentaje de votantes indecisos, uno de cada tres según algunas encuestas, los once candidatos a las elecciones presidenciales francesas intentaron atraerlos en un debate en televisión en el que Emmanuel Macron se presentó como «la alternancia profunda».

Los 11 candidatos a la elección presidencial en el Estado francés se midieron ayer en un debate televisivo inédito para conquistar al electorado indeciso, que alcanza cifras récord a tres semanas de la primera vuelta.

Si las encuestas aciertan, ninguno de los candidatos de los dos grandes partidos tradicionales que se han alternado en el poder en las últimas décadas –el Partido Socialista y el conservador Los Republicanos– pasaría a la segunda vuelta que se celebrará el 7 de mayo.

Prácticamente empatados en los sondeos de opinión con alrededor del 25% de intención de voto, el candidato centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen intentaron consolidarse como favoritos en este debate televisivo que reunió por primera vez a todos los aspirantes a ocupar la Jefatura del Estado.

Macron se presentó al inicio del debate como una propuesta de «alternancia profunda» para romper con un país que «está bloqueado por un sistema político que no quiere reformas», al inicio del debate.

Inseguridad y miedo

Le Pen recurrió al miedo al advertir de que «Francia se enfrenta a una inseguridad galopante», al «terrorismo islamista» y a una «globalización salvaje», y aseguró que su voluntad es «dar la palabra al pueblo, que el dinero de los franceses vuelva a los franceses».

François Fillon, el candidato de Los Republicanos, que ha caído, según los sondeos, al tercer puesto (17%), lastrado por el escándalo de presuntos empleos ficticios por el que ha sido imputado, también se esforzó en presentar un panorama inquietante sobre seguridad –«Estamos en guerra»–, por el volumen de la deuda pública y por los seis millones de parados.

Su principal objetivo, si es elegido –dijo Fillon– es hacer de Francia la primera potencia económica europea en diez años.

El líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, se ha disparado hasta el cuarto lugar en la intención de voto (15%), superando al candidato del gobernante Partido Socialista Benoît Hamon, que en las últimas semanas ha sido abandonado por importantes figuras del PS. Mélenchon, líder de Francia Insumisa, espera mantener esta dinámica electoral favorable y superar a Fillon en las próximas semanas. «Jean-Luc Mélenchon ganó puntos en el primer debate (del 20 de marzo entre los cinco candidatos con más opciones) gracias a su personalidad y a su manera de adoptar posiciones fuertes, aunque a veces sean minoritarias», señaló Bruno Jeanbart del instituto de sondeos Opinionway.

Los otros seis candidatos, que tienen menos del 5% de intención de voto, tuvieron en el debate una oportunidad de darse a conocer en un debate de más de tres horas que se centró en tres temas: el empleo, la seguridad y asuntos sociales. Sin embargo, el formato y el número de participantes del debate dejó poco espacio al intercambio de ideas y la explicación de programas.

Quedan apenas 19 días para convencer a los indecisos, en un momento en el que estos alcanzan cifras récord. Según una encuesta de Ifop, uno de cada tres franceses no ha decidido aún a quién dará su voto o puede todavía cambiar de opinión.

Con un índice de abstención del 35%, según Ifop, la participación podría caer fuertemente en relación a los anteriores comicios presidenciales que siempre han rondado el 80%.