Raimundo Fitero
DE REOJO

Multas

Temblores. He escrito el titular y me han entrado temblores. Las multas llegan sin avisar, cuando parece que el pasado debería prescribir, llegan las notificaciones y sus acciones ejecutivas posteriores. Hay que tomar medidas preventivas. En fechas como estos inicios de peregrinaciones masivas en todos los medios nos asuntan con el número de números de los diferentes cuerpos que se han colocado en las carreteras para controlar los ingresos por multas de sus instituciones. Fotos, helicópteros, coches camuflados, radares móviles y todo lo demás. Todo para evitar accidentes y/o para aumentar las horas extras.

Pero las multas que a veces nos interesan son las que pone la CNMC (Comisión Nacional de Mercados y Competencia) a las corporaciones dedicadas al audiovisual. Y es que a TVE le acaban de colocar la más alta de su historia y lo hace por la publicidad aparecida en varios de sus canales. Lo hemos escrito aquí más de una vez, parece escandaloso cómo colocan de manera habitual publicidad estática en muchos programas, como confunden con supuestos patrocinios lo que no son otra cosa que burdos anuncios publicitarios audiovisuales. La cuestión es que RTVE recibe dinero de los presupuestos generales del Estado para su funcionamiento y que esta multa se ingresará en las arcas del Estado, por lo que es una especie de auto-multa, pero seguro que la cantidad impuesta es menor que la recaudada de manera anormal.

La multa de doscientos veintiséis mil euros no es de las más grandes que mete la Comisión, a las privadas les meten con asiduidad multas mayores por sobrepasar su porcentaje de publicidad en las franjas horarias o por otras cuestiones más esotéricas. Pero a todos les debe salir más rentable lo que ganan descontando la multa que cumplir con el reglamento. Una costumbre extendida.