Raimundo Fitero
DE REOJO

No importa

Puede que la peor sistematización de la intervención del Fiscal General del Estado a favor de mantener el grado de impunidad de la corrupción de los partidos políticos provoque el descrédito universal, general que compromete cualquier posibilidad de reconducir la situación hacia un estado de cierta credibilidad. Es como si la ciudadanía se sintiera constantemente insultada por decisiones tomadas por los recién nombrados responsables de la fiscalía por el ministro de Justicia más descaradamente partidista y falto de otra identidad que no sea la de implementar la labor de una búsqueda desesperada de la impunidad para los cientos de casos punibles y perseguibles del conjunto de la banda de Rajoy.

Un descrédito de los valores de la justicia, la aplicación de manera desesperada de todas las leyes que han ido aprobando para seguir robando, para seguir recortando libertades, amparar a los corruptos porque son los que generan su propia estructura económica a partir de todas las figuras penales, el latrocinio constante del dinero público en beneficio propio, como partido y como individuos, su manera de ser y estar en política al servicio de quienes los alimentan.

Insisto una vez más: las series, películas, clásicas o de nuevo cuño, son incapaces de proporcionar tantos motivos como para empeñarse en una revolución, en algo que haga volver a creer en las decisiones democráticas, en la equidad, en el bien común.

Hoy se corre el peligro de pensar que nada importa, que no podemos hacer nada, que debemos convertirnos en unos consumidores de mierdas tamizadas por intereses mediáticos, que son políticos, es decir que son económicos, que nos empujan hacia la involución y que son un peligro golpista a partir de una injusticia propiciada desde el gobierno. Es el momento de la verdad.