Iratxe FRESNEDA
Periodista y Profesora de Comunicación Audiovisual

Primaveras de cine

De lo transcendental a lo loco” podría titularse esta columna que ofrezco a la primavera. “Primavera tardía” de Yasujiro Ozu, “Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera” de Kim Ki-duk y “Spring Breakers” de Harmony Korine son películas que tienen que ver con el ciclo de la vida, las pulsiones y las explosiones humanas. Ozu rodó más de 54 películas en 35 años y lo hizo mediante el desdén que supone filmar desde lo cotidiano, prácticamente a ras de suelo para transcender a través de la vida interior de sus personajes. En “Primavera tardía” (1949) Ozu registro el conflicto entre padre e hija que, a pesar de su desprecio por las tramas en las películas, nos iluminó con su saber contar. Bajo la influencia del cine de Ozu, Ki-duk construye en “Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera” (2003) una historia entre un “maestro” y un aprendiz que conviven en un pequeño templo flotante. Este punto de inflexión en su cine, penetraba en el sentido de la vida jugando con el paso del tiempo, la experiencia, como la mejor herramienta para el aprendizaje vital (y moral). Lejos, muy lejos, elevamos la mirada hacia las vacaciones estivales y el “desfase”. En “Spring Breakers” (2013) Korine juega a sumergirse en las vacaciones primaverales anglosajonas, sin decoro y valiéndose de un desgastado James Franco para hablarnos del lado salvaje de la vida, ese que florece cada primavera.