Gregg Popovich tenía un mal día. No tardó en echarle la bronca a Danny Green después de hacer un cambio de asignación sin necesidad, de forma que James Harden encestara un triple sencillo. Más tarde, David Lee faltó a la ayuda defensiva para echar una mano a Kawhi Leonard e intentar parar al propio Harden, y una vez más, a Coach P se lo llevaban los demonios.

El resultado en aquel momento no era sino un 6-13 perfectamente corregible, pero fue un síntoma de lo que iba a pasar: paliza de los Houston Rockets sobre San Antonio Spurs, 99-126, después de dejar sentenciado el partido al descanso: 39-69.

Tras varios años de depresión y fracasos en los Lakers y los Knicks, Mike D’Antoni vuelve por sus fueros. Sus Rockets, acribillando con 22 triples a los Spurs, récord en unos play offs, pusieron el 0-1 en las Semifinales de la Conferencia Oeste. Trevor Ariza se fue a los 23 tantos, James Harden a 20 puntos y 14 asistencias, mientras que el pívot suizo Clint Capela, que se valió de la expulsión de Nené Hilario, destacó sobre la batería interior de San Antonio con otros 20 puntos y 15 rechaces.

En lo que respecta a los Spurs, los 23 tantos de Kahwi Leonard fueron su única buena noticia, al tiempo que el juego interior, en especial el dúo formado por Pau Gasol y LaMarcus Aldridge, naufragó por completo. Como para extrañarse de que Popovich tuviera un mal día.

Cleveland, con paso firme

Dio igual que los Cleveland Cavaliers asomaran a las Semifinales del Este con una semana de inactividad. La franquicia de Ohio se impuso 116-105 sobre los Raptors de Toronto, pero si hubieran querido, hubiesen estirado su ventaja por encima de la veintena.

Con 35 puntos y 10 rebotes, LeBron James dio espectáculo y se divirtió –aunque rehusó echar un trago a un botellín de cerveza de una aficionada–, mientras que Kyrie Irving se lucía mostrando un tratado de fundamentos y Kevin Love se solazó a golpe de triple. La vida es sencilla cuando las cosas parecen salir solas, mientras que la franquicia canadiense se dedicó al maquillaje puro, en especial De Rozan, tras resistir medio partido entre Ibaka y Lowry.