Víctor ESQUIROL
CRÍTICA «Noche de venganza»

Todo (y nada) en una noche

El análisis (es decir, la autopsia) de la nueva película de Baran bo Odar, puede resumirse en una serie de pobres decisiones tomadas por su equipo productivo (la mayoría de las cuales, de una mediocridad absoluta) que acaban reflejando, como no podía ser de otra manera, un resultado igualmente decepcionante. Para entendernos, “Noche de venganza”, remake de la cinta francesa de idéntico título dirigida en 2011 por Frédéric Jardin, es la unión de un puñado de referencias de no muy alto standing (por ser generosos), que acaba desembocando en un producto de aún peor calidad.

Por ejemplo, la persecución con la que abre el film bebe directamente de la apertura de “Quantum of Solace”, la cual no encontramos precisamente entre los mejores ejemplos del nuevo Bond... y aún así, Bo Odar queda en evidencia ante aquel interesante pero fallido capítulo del Agente 007 dirigido por Marc Forster. Para mayor depresión, la carta de presentación es de largo la secuencia más inspirada de toda la película.

Lo que viene a continuación es una caída en picado en los tristes dominios del thriller de serie B... que cree que está jugando en primera división. A lo largo de hora y media (metraje que mágicamente parece alargarse hasta las dos horas) vemos a Jamie Foxx intentando sobrevivir a la supuesta peor noche de su vida. Sesión golfa en la que tendrá que definir las dudosas fronteras morales que rigen su día a día laboral, además de rescatar a su hijo secuestrado... y resolver las guerras criminales alrededor del control de un casino de Las Vegas. Parece intenso y así es, solo que en manos de Bo Odar, toda la acción y tensión prometidas por la trama se convierten en poco más que un torpe encadenado de secuencias confusas, mal montadas y peor gestionadas. Un poti-poti ruidoso al que le falta voluntad de desarrollar mínimamente a sus personajes... y al que le sobra todo lo demás.