“Herederos de la bestia” se proyectaba ayer en la sección paralela del festival de cine fantástico de Bilbo FANT dedicada al género documental y David Pizarro, uno de sus directores, la presentó en la capital vizcaina. El realizador explicó que el objetivo inicial era hacer un documental sobre el fantástico contemporáneo del Estado español, pero vieron que “El día de la bestia” era el «punto de inflexión» y lo encaminaron hacia el rodaje de la película de Álex de la Iglesia y su influencia en los nuevos realizadores.

Veinte años después de su creación, el documental ahonda en los entresijos del rodaje, estableciendo una cronología del mismo mediante declaraciones de los principales autores, protagonistas y personal involucrado, fotografías e imágenes de archivo apostando por el anecdotario y la planificación del filme, desde los inicios de la película hasta su estreno y posterior repercusión internacional, hasta llegar a nuestros días.

Pizarro reconoció que les ha salido un «documental de bustos parlantes» por los múltiples testimonios recogidos y la falta de material de archivo porque «Álex de la Iglesia no guarda prácticamente nada», pero con un toque de «comedia satánica» como la propia película sobre la que trata.

De hecho, la búsqueda de material de archivo, incluso el bruto del “making off” está desaparecido, retrasó el estreno del documental casi un año, según comentó su codirector. “Herederos de la bestia” incluye testimonios del propio De la Iglesia y de algunos de los protagonistas de la película, como Santiago Segura, Terele Pávez o Nathalie Seseña.

«‘El día de la bestia’ dio impulso al género, era un cambio necesario tras diez años de ostracismo del cine género por la Ley Miró. Si no hubiera sido Álex de la Iglesia, habría sido otro, pero es posible que hubiera habido que esperar diez años», comentó Pizarro.

El documental, en el que se homenajea al fallecido Álex Angulo, el actor vizcaino que encarnó al sacerdote protagonista de la película, se preestrenó el pasado jueves en Madrid con la asistencia del propio De la Iglesia, «que salió un poco emocionado».

La película también se ha proyectado en México, Argentina y Colombia porque «en Latinoamérica Álex de la Iglesia es mucho más conocido que aquí», dijo Pizarro.