La Ponencia de Paz y Convivencia encalló la pasada legislatura desde el principio por el veto del PP, al que siguió la «espantada» del PSE. Cuatro años después, se constituye hoy con otro clima aparente y la única ausencia del PP, pero con dudas claras sobre sus prioridades.

El parlamentario de EH Bildu Iker Casanova subrayó ayer en Onda Vasca que lo primero que debe abordar esta ponencia es la realidad de las personas presas y huidas, una cuestión que entiende «de primera necesidad» a nivel humanitario. También abogó en un segundo momento por «desmantelar toda la legislación de excepcionalidad que se ha ido construyendo durante los últimos años para hacer frente a una realidad que a día de hoy no existe, pero que se sigue aplicando».

Por contra, fuentes de PNV y PSE citadas por la agencia Europa Press mostraron sus reticencias a que el foro se centre en la cuestión de los presos, y citan muchos más objetivos, como memoria, convivencia, víctimas y deslegitimación de la violencia, además de la política penitenciaria. Ya resulta significativo el cambio de nomenclatura, puesto que la antes llamada Ponencia de Paz y Convivencia ha sido rebautizada ahora como Memoria y Convivencia.

Como quiera que este primer encuentro no tiene orden del día, es previsible que no se entre en la discusión sobre la agenda, pero sí se daría un plazo para que cada grupo diseñe su metodología y la presente después.

La ponencia estará presidida por Ana Oregi (PNV) e integrada también por el jelkide Iñigo Iturrate, el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga, la de Elkarrekin Podemos Pili Zabala y la líder del PSE, Idoia Mendia. Como sustitutos aparecen Amaia Arregi (PNV), Jone Goirizelaia (EH Bildu), Eukene Arana (Elkarrekin Podemos) y Rafaela Romero (PSE). El PP declinó participar, mantenido así intacta la línea de boicot de toda la pasada legislatura.