La movilización liderada por Sare en Errenteria para lograr la libertad de su vecino enfermo Aitzol Gogorza sumó ayer otro jalón con un mosaico humano gigante, que reunió a vecinos y vecinas del pueblo de diferentes edades, profesiones y sensibilidades políticas.

El mensaje leído en la peculiar movilización concluía con el conocido lema del escritor uruguayo Eduardo Galeano, que resume su filosofía de trabajo por la excarcelación de Aitzol Gogorza: «Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo». «¡Lo conseguiremos!», concluyeron.

El comunicado, titulado ‘‘Giza eskubideak, konponbidea, bakea’’, hace hincapié en el derecho básico y universal a la salud: «En ninguna ley ni norma se dice que una persona, por no estar libre, no tenga derecho a recibir un trato digno y a que se proteja su salud».

Recuerda acto seguido que Aitzol Gogorza sufre una grave enfermedad sicológica, claramente incompatible con la estancia en prisión. Y que según el artículo 100.2 de la normativa penitenciaria, tiene derecho al menos a una prisión atenuada que le permita estar en casa, con los suyos y recibiendo un tratamiento adecuado.

Reconocen los participantes en esta protesta que «sacar de la cárcel a una persona que sufre una enfermedad grave no garantiza» que se vaya a producir su curación o que esa dolencia no se convertirá en irreversible, pero al menos «contribuirá sin duda a que esa persona mejore o a que la enfermedad tenga una evolución más pausada».

«Hay que acabar con el sufrimiento de Aitzol y sus allegados –prosigue el comunicado–. Por eso reivindicamos el artículo 100.2, para que pueda recibir tratamiento adecuado fuera de la cárcel y en su entorno afectivo». Y añade esta reflexión: «Se necesitan muchos artesanos en la defensa de los derechos humanos. Construyendo puentes entre diferentes y sumando fuerzas, lograremos la resolución que tanto necesitamos y que tanto hemos soñado».