Los ministros de Exteriores de los cuatro países árabes que lideran el boicot contra Qatar –Arabia Saudí y sus aliados Emiratos Arabes Unidos, Egipto y Bahrein– se reunieron ayer en El Cairo para decidir sus movimientos futuros tras el final del plazo dado a Doha, que considera «poco realistas e inadmisibles» las trece exigencias planteadas la semana pasada. Entre ellas se encuentra la ruptura con Hermanos Musulmanes, la suspensión de la cadena Al-Jazeera, el cierre de una base militar turca y la revisión de las relaciones con Irán.

No anunciaron la imposición de nuevas sanciones, pero sí que mantendrán el boicot político y económico sobre el pequeño emirato y discutirán «las próximas medidas, de acuerdo a las leyes internacionales» hasta que Qatar cumpla sus demandas y «cambie a mejor sus políticas».

«La respuesta que hemos obtenido es negativa y carece de contenido. No se nos ha proporcionado ninguna base para que Qatar renuncie a sus actuales políticas», argumentaron en un comunicado leído por el jefe de la diplomacia de Egipto, Sameh Shoukry. Expresaron su «pesar» por la «respuesta negativa de Qatar» relativa a «la revisión de sus políticas y prácticas, que es negligente y falta de seriedad». A juicio de Ryad y sus aliados, que próximamente volverán a reunirse en Manama, esta respuesta «refleja una falta de comprensión de la gravedad de la situación» por parte de Qatar.

El ministro de Exteriores qatarí, Mohamed bin Abdulrahman al-Thani, condenó desde Londres la «agresión» de la que su país está siendo víctima y lamentado que se intente «crear un sentimiento anti-Qatar en Occidente». En este sentido, y «a pesar de la violación de leyes y normativas internacionales» y a la «separación de 12.000 familias» como consecuencia del bloqueo, volvió a llamar el «diálogo» para resolver la crisis.

El cuarteto árabe cortó las relaciones diplomáticas con Doha el 5 de junio y, además, sus vecinos del golfo Pérsico han aplicado un bloqueo terrestre, naval y aéreo sobre el emirato, al que acusan de apoyar el «terrorismo», por lo que le entregaron trece exigencias para normalizar las relaciones.