23 selecciones, 368 jugadoras, siete sedes, 22 días de competición... y un gran favorito. Alemania busca su noveno trofeo en la Eurocopa, que arranca hoy en Utrecht (18.00, Eurosport) con el encuentro entre la anfitriona Holanda y Noruega, una de las dos selecciones –la otra es Suecia– que ha podido apuntar su nombre en el palmarés del torneo, además de la teutona. Aunque de eso han pasado ya 24 años. Desde entonces, el combinado alemán no ha tenido rival y se ha adjudicado seis Eurocopas consecutivas.

Vigente campeona olímpica, tras su victoria en Brasil el año pasado, Alemania confía en prolongar la racha el próximo seis de agosto, pese a tratarse de un «nuevo» equipo. Tras la gloriosa etapa de Silvia Neid, otro mito del fútbol alemán, Steffi Jones, imprimirá su sello personal, con cambio de nombres –forzosos en algún caso, con la lesión de última hora de Popp o la retirada de Behringer, voluntarios en otro– e incluso de sistema. Pese a la incógnita que siempre originan los cambios, no hay demasiados rivales que parezcan capaces de acabar con la racha alemana. De hecho, apenas aparece un nombre entre las pocas previsiones que se atreven a apuntar su final. Y es el de Francia, posiblemente la selección más atractiva no ya del continente sino del mundo en los últimos años, pero sin la contundencia y la capacidad resolutiva de las centroeuropeas en los momentos clave. Ya sin el lapurtarra Philippe Bergeroo al frente, el combinado galo, dirigido ahora por Olivier Echouafni afronta una de las últimas oportunidades de la mejor generación que ha reunido hasta ahora el fútbol francés de conseguir un título. Quién sabe si su victoria en la She Believes Cup –sin categoría oficial pero con el concurso de las cuatro mejores selecciones del mundo– puede convertirse en el impulso que necesitaba, ofreciendo a las galas el punto de convicción que siempre ha parecido faltarles en los momentos importantes de las grandes citas.

Cualquier desenlace con otro nombre entrará en la categoría de sorpresa. Incluso si se trata de Inglaterra, el equipo que más ha crecido en el último lustro, respaldado por una federación que ha apostado decididamente por el fútbol femenino a todos los niveles. Quién sabe si el equipo de Mark Sampson será capaz de recompensar ese esfuerzo, aunque en principio parte en segunda línea de la parrilla, junto a los dos únicos equipos que, además de Alemania, han conseguido inscribir su nombre en el palmarés del torneo. La Suecia de Pia Sundhague, inesperada subcampeona olímpica tras su desilusionante paso por el Mundial de Canada, y Noruega, subcampeona hace cuatro años.

Para el resto de selecciones, su principal objetivo pasaría por repetir o mejorar sus mejores participaciones, sin descartar el podio en algún caso. Empezando por Holanda, a la que debería impulsar, si no acaba con un exceso de presión, su papel de anfitriona, amén de contar con una de las mejores futbolistas del campeonato –Vivianne Miedema–. Y siguiendo por España. Después de que Jorge Vilda tomara el relevo de Ignacio Quereda, el combinado rojigualdo parece haber dado un paso de gigante. Se clasificó para la Eurocopa con brillantez y el pasado mes de marzo se adjudicó la Copa Algarve –un torneo que sigue manteniendo su prestigio pese a las notorias ausencias de los últimos años– en su primera participación. Como entonces, Vilda se ha llevado a Holanda a dos jugadoras vascas, Irene Paredes –tercera gran cita para la legazpiarra tras la Eurocopa de 2013 y el Mundial– y la debutante Mariasun Quiñones, dentro de una convocatoria que ha levantado algunas ampollas por las ausencias de futbolistas como Vero Boquete o Sonia Bermúdez. Dos de las jugadoras que, como Ainhoa Tirapu o Erika –con las que ya dejó de contar el año pasado pese a la magnífica temporada de su equipo, a la postre campeón de Liga– más levantaron la voz contra el anterior seleccionador. Dinamarca o Islanda parten en el mismo grupo de aspirantes al podio; el resto de selecciones participantes, en principio, daría por bueno superar la fase de grupos.

Una fiesta

Se prolongará hasta el próximo 27 de julio. Divididos en cuatro grupos, los 16 equipos pelearán primero por ocupar las dos primeras posiciones de cada grupo, que dan derecho a disputar los cuartos de final. A partir del 28 de julio llegará el turno de las eliminatorias, hasta la final, que acogerá el estadio De Grolsch Veste (30.205 espectadores de aforo) de Enschede el próximo seis de agosto.

Tercer gran torneo para Irene Paredes, debut para Mariasun Quiñones

Irene Paredes y Mariasun Quiñones participan en una Eurocopa en la que la representación vasca se ve muy reducida respecto a anteriores citas internacionales.

1997 fue el mejor año en ese sentido. España se clasificó por primera vez para la fase final de la Eurocopa e Ignacio Quereda se llevó a siete futbolistas vascas, Arantxa del Puerto, Bea García, Yolanda Mateos, Maider Castillo, Eli Capa, Vanesa Gimbert y Arrate Gisasola, con las que llegó a semifinales. El equipo rojigualdo repitió participación en la Euro 2013 y esta vez fueron cinco las vascas seleccionadas, Ainhoa Tirapu, Leire Landa, Irene Paredes, Eli Ibarra y Erika Vázquez, una representación que completó el seleccionador de Francia Philippe Bergeroo. Los mismos seis nombres que conformaron la delegación vasca en el Mundial de 2015 en Canadá.

Con Landa e Ibarra retiradas, Bergeroo fuera del banquillo francés y Ainhoa y Erika fuera de los planes del nuevo seleccionador español Jorge Vilda, Irene Paredes es la única de la lista que repite en Holanda. Será la tercera cita de estas características para la legazpiarra, que además este año ha debutado en Champions League de la mano del PSG, con el que llegó a disputar la final y con el que renovó a final de temporada. Será el debut para Mariasun Quiñones –en principio tercera portera de la selección española– aunque hace apenas siete meses que la guardameta de la Real disputó también el Mundial sub20. A.U.L.