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Garoña tiene ocupado el 96% de su capacidad para alta radiactividad

Los datos de la última memoria del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) confirman los enormes niveles de contaminación en Garoña de los que alertó el miércoles el responsable del desmantelamiento de Vandellòs I. La piscina del reactor almacena 2.505 elementos combustibles de alta radiactividad, lo que supone que está cubierto el 96% de su capacidad total. En la primera fase será Nuclenor, titular de la planta, quien deberá retirarlos de esa ubicación.

José Ramón Armada, responsable de la desactivación de la central nuclear de Vandellòs I, indicó el miércoles en Radio Euskadi que desmantelar definitivamente Garoña puede costar mucho más tiempo aún (en la catalana serán más de 30 años) dado que «por su diseño, está mucho más contaminada». Los datos incluidos en el último informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) avalan esta tesis, ya que indican entre otras cosas que en la piscina del reactor hay actualmente 2.505 elementos combustibles de alta radiactividad, lo que representa más del 96% de su capacidad, además de varios miles de bultos de residuos de baja y media actividad (RBM).

Esta última memoria, remitida al Parlamento en 2016, indica que tras la descarga completa del núcleo de los elementos combustibles en diciembre de 2012 y su ubicación en la piscina, el número de posiciones (espacios) libres es actualmente de apenas 104. Aquella parada ha dado pie al actual cierre definitivo de la planta, anunciado el martes por el Gobierno español.

Las piscinas de los reactores en las que se sumergen los elementos combustibles gastados (demasiado calientes y radiactivos) son grandes tanques de agua que actúan como refrigerante y blindaje frente a la radiación.

El principal problema es su capacidad, por lo que para solventarlo ha sido necesario recurrir a contenedores blindados en seco en los denominados Almacén Temporal Individualizado (ATI). Actualmente se usan contenedores de almacenamiento en seco en los ATI existentes en las nucleares de Trillo y Ascó, ambas operando, y José Cabrera (Zorita) en desmantelamiento.

La piscina de Garoña almacena desde 2012 un total de 2.505 elementos combustibles, que representa exactamente el 96,01% de una capacidad total de 2.609. El proceso de desmantelamiento obliga a su retirada previa de esta ubicación, una operación que corresponde a Nuclenor (Endesa e Iberdrola), como titular de la planta. Su consejo de administración decidió el jueves darse por conforme con el cierre, declinando tomar ninguna acción de respuesta.

Según esta memoria del CSN al Parlamento, el ATI previsto para Garoña –planteado antes del cese definitivo de actividad– estará constituido por dos plataformas de hormigón, cada una de ellas para 16 contenedores ENUN 52B, diseñados por Equipos Nucleares (ENSA), con capacidad para 52 elementos combustibles BWR.

Los ENUN 52b son aptos para el denominado combustible GE-6 y GE7 de Garoña y su vida de diseño es de 50 años, aunque la aprobación por el CSN es válida para 20 años, según una instrucción de seguridad dictada por el máximo organismo español en materia de seguridad y protección radiológica.

Burgos: «A los ayuntamientos les hace falta lo que cobraban»

El presidente de la Diputación de Burgos, Cesar Rico (PP), se encuentra entre quienes consideran negativo el cierre de la planta y echa mano de este argumento: los municipios adyacentes a Garoña perciben un dinero por encontrarse en ese entorno y son cantidades que «les hacen falta». Estas ayudas se articulan a través del llamado Plan de Emergencia Nuclear de Burgos (PENBUR). También esgrime que el empleo que generaba la central era «de calidad» y que a partir de ahora quizás solo se precisen 300 de los 400 trabajadores actuales.

En relación a las alternativas laborales para la zona, Rico dijo que las entiende «muy complicadas» porque «no va a venir al día siguiente una fábrica de coches o camiones que equivalga a los mil puestos de trabajo. Es muy complejo». GARA