Que Vincenzo Nibali dijera al final de la etapa que no contaba con esta victoria es creíble, porque la mayor parte los participantes en la Vuelta no se esperaba el zafarrancho de combate que se montó ayer, pero que Chris Froome se mostrara sorprendido por su liderato suena a pose estratégico, porque fue el equipo que él mismo lidera el que puso patas arriba la carrera, con la inestimable ayuda, entre otros, de Mikel Nieve, un experto en endurecer las etapas.

El británico no ha esperado mucho y ya en la tercera etapa ha dejado claro que está en la Vuelta para ganarla. Esta jornada se disputó entre la ciudad francesa de Prades y Andorra la Vella, sobre 158’5 kilómetros. Contaba con el Coll de la Rabassa, de Primera, y el de La Comella, de segunda, en el último tercio de etapa. Estaba claro que no iba terminar al sprint porque el final era exigente, pero pocos esperaban que Sky estuviera tramando reventarla.

Así, cuando los corredores superaron La Rabassa y se tomaron un respiro para afrontar los últimos diez kilómetros dando por hecha la victoria de algún aventurero sin aspiraciones en la general, Froome puso a los suyos a dar cera. Con Nieve, Moscon y Poels en cabeza y con él detrás, fueron estirando el pelotón y dejando damnificados abandonados en el camino.

El líder, Contador, Majka...

La primera de las víctimas fue el circunstancial líder, Yves Lampaert, del Quick Step. Y tras él fueron cayendo otros que estaban llamados a objetivos mayores con Alberto Contador, en su despedida, o Majka, que terminaron dejándose dos minutos y medio. Barguil perdió más de uno, Zakarin otro y los hermanos Yates, del Orica, medio cada uno. Vamos, que la selección fue de cuidado para uno de estos tontos días que pocos apuntan como de peligro. A uno de los que les pilló el toro fue el joven Marc Soler, del Movistar y una de las revelaciones de la temporada, que casi se deja un cuarto de hora en un visto y no visto.

Entre quienes sí aguantaron el tirón están los Nibali, Chaves, Aru, Bardet y De la Cruz, que parecen más en forma o mostraron más tensión. Aunque, con tan solo tres días de competición, pocas conclusiones se pueden sacar. A lo más, que Froome va muy en serio y que, de la decena inicial de candidatos al podio, unos cuantos bastante tendrán con ganar una etapa.

En cuanto a la llegada, Froome también quiso apuntarse la etapa pero el italiano Nibali, que no estuvo en el Tour y se muere por subir a podios, fue el más rápido y eso que el catalán David de la Cruz, del Quick Step, no se lo puso fácil. El siciliano del Bahrain Merida siempre lo intenta. Será por eso que es unos de los seis únicos ciclistas de la historia que ha ganado las tres grandes vueltas.

Tercero fue Froome y cuarto Romain Bardet, del Ag2r, el francés que nunca desfallece.

Hoy, hora de los sprinters

La cuarta jornada llevará hoy a los corredores desde la localidad andorrana de Escaldes Engordany hasta Tarragona sobre un trazado de 198’2 kms.

Es una etapa principalmente llana con el único obstáculo del alto de Beltall, de Tercera, a casi 60 kms de la llegada. Será una de las pocas oportunidades para los sprinters, que deberán espabilarse si no quieren que les salga otro Yves Lampaert que les deje sin triunfo.

Chris Lawless, en el Porvenir

Por otra parte, el inglés Chris Lawless, del equipo Axeon Hagens Berman, se impuso en la cuarta etapa del Tour del Porvenir que se disputa en el Estado francés, en el que el danés Kasper Asgreen, del Veloconcept, sigue como líder.

Gotzon Martin, en Cantabria

Además, Gotzon Martin, de la Fundación Euskadi, se adjudicó el Trofeo Escalante – Virgen de la Cama, disputado en Cantabria sobre un trazado de 115 kilómetros tras imponerse con autoridad al sprint sobre Javier Ruiz de Larrinaga, del Lizarte.

Nibali: «No esperaba ganar al tercer día»

El siciliano Vincenzo Nibali reconoció que «no esperaba ganar» y relató que fue «un jornada calurosa y era solamente el tercer día de carrera. Sky ha aumentado el ritmo cuando yo estaba un poco retrasado, pero por suerte me pude recolocar y ponerme delante. Luego, sabía que mi única opción de ganar la etapa era lanzar el sprint en lugar de esperar». Por su parte, un ambicioso David de la Cruz (Quick Step) lamentó que el triunfo se le escapara por muy poco y haber perdido una buena oportunidad para situarse como líder, puesto del que se quedó a tan solo dos segundos. «No ha podido ser, aunque el equipo ha trabajado bien y me ha ayudado mucho, pero esto solo acaba de empezar», dijo con optimismo.GARA