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Damasco, en plena ofensiva en Deir Ezzor, acusado de un ataque químico

El Ejército sirio intentaba ayer consolidar la ruptura del cerco yihadista sobre la localidad de Deir Ezzor, donde el ISIS oponía una fuerte resistencia. A la vez, una comisión de la ONU le acusó de ser el responsable de «crimen de guerra» por el ataque químico en Khan Sheijun.

El Ejército sirio intentaba ayer asegurar su acceso a la localidad de Deir Ezzor, después de que el martes lograra romper el cerco que el Estado Islámico (ISIS) mantenía a la ciudad desde comienzos de 2015.

Aunque los efectivos de Damasco consiguieron romper el cerco sobre la base de la Brigada 137 del Ejército, ubicada en las afueras, y abrir un corredor, aún no habían podido asegurar al cien por cien ese pasillo ante la resistencia que oponían los yihadistas.

Con un contraataque, el ISIS logró bloquear durante unas horas el corredor y aún mantenía el asedio a un sector agrupado en un aeropuerto militar y a barrios en la periferia sur. Ayer aviones sirios y rusos continuaban bombardeando posiciones yihadistas al norte de la ciudad, mientras se producían intensos combates al oeste de la misma.

En el interior, la alegría se extendía unas horas después de la llegada del Ejército, y los habitantes marchaban en las calles para celebrarlo con cánticos patrióticos y banderas. «La victoria de nuestro Ejército nos hace felices», exclamaba Ahmad, que espera volver a sus estudios, «comer, divertirnos y celebrar que la paz llegue a toda Siria no solo a nuestra ciudad». Mahmud Mashur no ocultaba su impaciencia para que «quienes abandonaron la ciudad vuelvan sanos y salvos», entre ellos su mujer y sus hijos, evacuados hace un año en helicóptero.

Mientras el Gobierno sirio lograba este avance sobre uno de los últimos feudos del ISIS, investigadores de la ONU le acusaron de ser el responsable del ataque con gas sarín en la localidad de Khan Sheijun el pasado 4 de abril, en el que murieron al menos 80 personas.

La comisión de investigación sobre la situación de derechos humanos en Siria acusó a Damasco de «crímenes de guerra« por ese ataque y rechazó la versión del Gobierno de que bombardeos aéreos hubieran alcanzado un depósito de armas químicas en manos insurgentes.

A la vez, acusó a EEUU de «no haber tomado todas las precauciones posibles para proteger a los civiles» al bombardear una mezquita en Alepo en marzo, «violando el derecho internacional humanitario».

Vencido sobre el terreno, el ISIS no desaparecerá

La inminente derrota del ISIS en Siria e Irak –los expertos auguran que no pasa de este año– no forzará la desaparición del grupo, que se adaptará para seguir su lucha.

Con la población suní de ambos países inquieta y marginada, y con miles de partidarios y de simpatizantes en todo el mundo dispuestos a pasar a la acción, el ISIS pasará a la clandestinidad, posiblemente con otra forma y otro nombre, pero con los mismos objetivos.

En Irak no hay una visión política post-ISIS para reintegrar a la población suní. Hay quien augura que será peor en Siria, donde entre los kurdos y el régimen, el yihadismo tendrá un amplio espacio para reconstituirse. Los supervivientes se replegarán en el valle del Éufrates entre ambos países, que será la plataforma de lanzamiento de la insurrección.

El ISIS sigue interconectando sus redes y recursos en todo el mundo y los expertos auguran un recrudecimiento de los atentados en Occidente, a cargo de lobos solitarios o de yihadistas de regreso a sus países de origen. Dabid LAZKANOITURBURU