La final femenina del Abierto de Estados Unidos ya tiene protagonistas con las tenistas locales, Madison Keys, decimoquinta cabeza de serie, y Sloane Stephens, que consiguieron sendas victorias en las semifinales. Keys, de 22 años, hizo buenos los pronósticos, y venció por 6-1 y 6-2 a su compatriota Coco Vandeweghe, vigésima preclasificada, y consiguió por primera vez el pase a la final de un Grand Slam.

La joven semifinalista está completando una gran temporada después de volver a la competición tras superar dos operaciones de la muñeca izquierda en 2016.

Su rival en la lucha por el título será su compatriota Stephens, de 24 años, que en la primera semifinal, derrotó por 6-1, 0-6 y 7-5 a la veterana Venus Williams, novena cabeza de serie.

El duelo de hoy será el segundo que protagonicen como profesionales en el circuito de la WTA con ventaja de 1-0 para Stephens que ganó en la primera ronda del Masters 1.000 de Miami de 2015 (6-4 y 6-2).

La última vez que hubo dos tenistas estadounidenses en la final femenina en las pistas de Flushing Meadows fue en 2002 con las hermanas Serena y Venus Williams, con triunfo para la primera, quien este año no ha participado por haber sido madre por primera vez.

También será ésta la primera final de un torneo Grand Slam desde 1990, cuando se enfrentaron Martina Navratilova y Zina Garrison en la de Wimbledon, en la que haya dos tenistas estadounidenses sin que una de ellas sea una de las Williams.