Los servicios de Presidencia trabajaron con diligencia y probablemente nocturnidad para que Mariano Rajoy pudiera remitir a primera hora de ayer al Consejo de Estado el recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Transitoriedad aprobada por el Parlament de Catalunya. El Consejo, que preside su amigo José Manuel Romay Beccaría, quien fuera subsecretario de Presidencia y subsecretario del Ministerio de Gobernación en los últimos gobiernos de Francisco Franco, lo vio claro y antes de la una del mediodía, como le habían pedido, devolvió respuesta afirmando que «existen fundamentos jurídicos para interponer recurso de inconstitucionalidad contra la Ley del Parlamento de Cataluña 20/2017, de 8 de septiembre, de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República».

Con el informe sobre la mesa, el Consejo de Ministros aprobó la autorización de la presentación del recurso. Los doce magistrados del Tribunal Constitucional estaban ya calentando en la banda, preparándose para celebrar por la tarde una sesión extraordinaria en la que suspender la ley catalana, como pedía el Gobierno español.

Pero de pronto alguien cayó en la cuenta de que con las prisas había un detalle que a los impugnadores les había pasado desapercibido: la Ley de Transitoriedad no se había publicado todavía en el Boletín Oficial de Catalunya –se haría horas más tarde– y, por lo tanto, ni había entrado en vigor ni podía ser recurrida todavía.

Así que los doce miembros del TC decidieron tomarse la tarde libre, con vistas a un fin de semana que se alargará porque el lunes es festividad en Catalunya –se celebra la Diada– y no prevén tener que reunirse hasta el martes, por lo menos.

Hacienda catalana

El Consejo de Ministros también autorizó a Rajoy, como estaba previsto, a recurrir ante el TC un artículo de la ley del código tributario, puesto que «el Gobierno catalán trata de impulsar una Agencia Tributaria Catalana y convertirla en una Hacienda propia».

Pero como esto venía de atrás, no parece tener prisa y el TC ya lo suspenderá otro día.

 

El PSOE y sus barones, con el Gobierno del PP

El presidente de La Liga, Javier Tebas –que en febrero del año pasado reconoció que «en la mayoría de los temas, sigo pensando igual que cuando era de Fuerza Nueva»– dijo ayer que «si el proceso independentista avanza los clubes catalanes no podrían jugar la liga», avisando de que «las independencias unilaterales no son a la carta». Más pragmático, el entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, manifestó no querer una liga sin el Barça. «No voy a entrar en más–explicó– porque no sé lo que va a pasar exactamente. Hay gente que quiere y otros que no, es un debate complicado. Lo que no veo y espero que no pase, es una Liga sin el Barcelona, no lo quiero».GARA

 

El interés del fútbol, entra en juego

El PSOE está convencido de estar haciendo, «lo que los españoles esperan de los socialistas» al brindar al presidente del Gobierno español su total apoyo frente a lo que llaman desafío secesionista catalán. Por otro lado, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, se mostró segura de que la democracia tiene «fuerza suficiente» para hacer frente al «desvarío» soberanista. Al mismo tiempo, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, afirmó que «ahora toca aplicar la legalidad» en Catalunya, donde «se están produciendo conductas reprochables desde el punto de vista penal, que hay que combatir, como ocurriría con cualquier otro ciudadano».GARA